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Masacre antijudía en Pittsburgh

Redacción




Virginia Montes.

«¡Todos los judíos deben morir!«, grito Robert Bowers, 46 años, blanco, natural de Pittsburgh, antes de descargar sus pistolas sobre la comunidad judía reunida en la sinagoga The Tree of Life para una ceremonia infantil. En la horrible masacre ha matado a once personas y herido a otras seis, entre ellos cuatro agentes de policía que se desplazaron con rapidez al lugar de los hechos. El asesino se entregó en el exterior del edificio, situado en Squirrel Hill, el barrio judío de Pittsburgh.

Robert Bowers ha dejado abundantes muestras digitales de su ideología antisemita y ultraderechista. “Os gusta traer invasores que matan a nuestra gente. No voy a quedarme sentado cruzado de brazos mientras mi gente es asesinada. Atentos, porque voy a entrar”, escribió Bowers, en respuesta a un comentario de la agencia judía de ayuda a refugiados HIAS, poco antes de entrar en la sinagoga.

De su actividad en Gab –una alternativa a Twitter, favorita de los supremacistas blancos, que se presenta como “la red social de la libertad de expresión”– se puede inferir también que no era un simpatizante de Donald Trump, al que acusaba de ser “blando” y estar entregado a los intereses judíos. “Es un globalista, no un nacionalista”, escribió después del mitin en que el presidente se definió con el segundo adjetivo en oposición al primero, un término que la extrema derecha usa como insulto antisemita y que ha sido usando a pesar de las advertencias de que puede agravar el clima de tensión social que vive el país, en vísperas de las elecciones legislativas del 6 de noviembre.

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