Enrique de Diego.
Sigo con el sumo interés con el que lo hacen una legión de lectores las contundentes y clarificadoras informaciones que sobre las cuentas de Libertad Digital y la gestión de Federico Jiménez Losantos viene escribiendo y publicando Luis Bru. La audiencia está siendo espectacular y aunque no fuera en las elevadas dimensiones en que se produce lo publicaríamos igual pues en Rambla Libre nos dedicamos a hacer periodismo. No somos de izquierdas, ni lo hemos sido nunca, ni lo seremos. Me ha hecho gracia el comentario de un lector afirmando que ha habido reyes que han intentado acabar con Federico así que no vamos a ser nosotros los que acabemos con él. No es nuestra intención, desde luego. Nos dedicamos a informar. La conclusión de lo publicado hasta ahora es que Federico se basta y se sobra para acabar consigo mismo.
En lo publicado por Luis Bru encuentro muchas similitudes y muchos paralelismos entre Federico Jiménez Losantos y Julio Ariza:
- Ambos parecen vivir bajo la sombra de Jesús de Polanco y Juan Luis Cebrián. Más que intentar desmantelar un sistema corrupto y acabar con la simbiosis incestuosa del poder político con los medios de comunicación, lo que parecen tener es una pulsión emuladora de sustitución, de forma que abundan en curiosos y extraños argumentos del tipo de que “más debe PRISA».
- Como corolario de lo anterior, tienden a la megalomanía irrestricta, pretendiendo ser magnates –o volver a la COPE en el caso de Losantos– en vez de acomodarse a sus circunstancias y gestionar bien.
- Tienen una innata y superlativa incapacidad de corregir errores pues son incapaces de reconocerlos.
- Esa soberbia les convierte en personajes muy manipulables por los aduladores, a cuyos estériles y destructivos arrullos no son nada inmunes.
- Tienen cierto carisma y notables dotes de inteligencia, tampoco les falta formación ni capacidad de seducción intelectual, pero son incapaces de hacer equipos. Sus amistades son falsas y utilizan a la gente como kleenex. Los elevan durante un tiempo para luego retorcerles el pescuezo.
- Son personajes, en ese sentido, altamente peligrosos pues juegan con la vida de las gentes y nunca asumen las consecuencias de sus acciones.
- Tienden siempre a echar la culpa de sus errores a los demás y extienden un insoportable clima paranoico en sus adictos como una perversa forma de fidelización.
- Pagados de sí mismos, buscan el éxito personal, sin capacidad para hacer un proyecto colectivo sólido.
- Han tenido en sus manos consolidar, con humildad y pericia, grupos de comunicación bien gestionados y altamente influyentes, yendo poco a poco, asentando bien las bases, atravesando incólumes los tiempos de tormenta, pero han preferido la aceleración alocada y la búsqueda del pelotazo mediático, generando estructuras insostenibles.
- Les gusta más la política que a un tonto un lápiz y nunca han sido capaces de mantener su independencia sino que mezclan churras con merinas, a la búsqueda del beneficio personal.
- La incoherencia entre sus declamaciones de alta moralidad y sus prácticas marrulleras provocan daños a las elevadas ideas que dicen defender.
En suma, tanto Federico Jiménez Losantos como Julio Ariza son los peores enemigos de sí mismos.
Federico Jiménez Losantos: Entre la ruina personal y la estafa