Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.
¿Soñaste alguna vez con interpretar a un espía al estilo James Bond?
En mi mundo de fantasía, sí. Pero, en realidad, ésa es la fantasía de Johnny English. Le encanta ese mundo y cuando está en plena misión se comporta como un niño en una tienda de chuches. Esa parte de él le convierte en alguien adorable.
ROWAN ATKINSON
Johnny English Strikes Again de David Kerr es la nueva entrega de las desternillantes aventuras de este personaje creado a la mayor gloria y para el lucimiento de Rowan Atkinson, el genial Mister Bean. Y desde luego no defraudara a sus seguidores. El protagonista – puede gustar más o menos – posee talento y personalidad, y esto es decisivo para un buen cómico.
El argumento nos da una idea de la historia: La nueva aventura empieza cuando un ciberataque revela la identidad de todos los agentes de incógnito de Gran Bretaña, por lo que Johnny English es la última esperanza para los servicios secretos. Al verse sacado de su plácida vida de jubilado, English se lanza sin contemplaciones a la busca y captura del hacker que lo planeó todo. Es cierto que Johnny es hombre de pocas habilidades informáticas pero deberá superar los retos que plantea la tecnología moderna y lograr que su misión se convierta en un éxito.
Rowan Atkinson, la bella Olga Kurylenko, Jake Lacy, Ben Miller, Tuncay Gunes, Nick Owenford, Samantha Russell, David Mumeni, Eddie O’Connell, Pino Maiello, Junichi Kajioka, Lindy Barrett, Emma Bakare, Danielle Saunders forman el reparto de la película. Con la vis cómica del actor de Mr. Bean como principal reclamo – aparte de los tonos paródicos de James Bond – en 2003 llegó a los cines ‘Johnny English’. El personaje continuó con ‘Johnny English Returns’ en 2011 y ahora se supera a sí misma con una sucesión de divertidas secuencias en las que no faltan los guiños críticos hacia la sobresaturación tecnológica . Y es que, al final, es el ingenio – aunque se disfrace de tontería – el que puede salvarnos del desastre. Lo que en no pocas ocasiones es cierto y revela las limitaciones de la sobreexposición tecnológica.
Rowan Atkinson es el rey absoluto de la función: sus gestos, la mirada entre asombro y sarcasmo, las situaciones grotescas, como en las clásicas películas cómicas al servicio de una estrella, el actor británico llena la pantalla y no defraudará a sus seguidores. Tal vez resulte exagerado en ocasiones, tal vez el humor no satisfaga a todo tipo de espectadores, pero lo cierto es que la tercera entrega de Johnny English divierte y hace olvidar durante un rato las a menudo mayores insensateces de buena parte del mundo que nos rodea .
Rowan Sebastian Atkinson nació el 6 de enero de 1955 en la ciudad de Consett, Reino Unido. En 1989 creó junto a su amigo Richard Curtis la mítica “Mr. Bean”, teleserie que le convirtió en uno de los cómicos británicos más célebres de las últimas décadas. La serie se grabó hasta el año 1995. En 1997 se rodó Bean, primera versión en cine, hilarante película ambientada en el mundillo del arte . Y en 2007 Las vacaciones de Mister Bean, más divertida si cabe con una secuencia genial que parodia las películas aburridas de arte y ensayo y el narcisismo habitual de muchos de sus directores. La película además homenajeaba nada menos que a Jacques Tati (Las vacaciones de M Hulot).
Reírse un poco merece la pena; estaría bien imaginar una aventura de Johnny English en las interioridades de la política española. Sería su obra maestra ( hace años se hizo famoso un meme del entonces presidente, el nefasto ZP cuya imagen parecía calcada de la de Atkinson. Sin su gracia, claro).