Virginia Montes.
El sistema depredador de la casta política socialdemócrata y conservadora no da una. Espantoso ridículo en la campaña emprendida contra Matteo Salvini, con fiscal de por medio haciendo méritos. Desembarcados el 25 de agosto después de la presión del sistema de justicia italiano, 50 de los 144 inmigrantes abandonaron los centros de recepción «sin dejar rastro«, el miércoles 5 de septiembre.
Estos migrantes «necesitaban tanto protección, refugio y refugio que decidieron irse y desaparecer«. El ministro del Interior Matteo Salvini en Facebook se burla en Facebook de los que lo forzaron a tomar la decisión de dar la bienvenida a los refugiados rescatados en el mar por el guardacostas «Diciotti» el 25 de agosto.
«Esta es la enésima confirmación de que todos los que llegan a Italia no son esqueletos que huyen de la guerra y el hambre«, agregó, burlándose: «¿Pero se suponía que no debería haberlos secuestrado?».
Salvini aceptó el desembarco de 29 jóvenes bajo presión de la justicia, luego los 144 mayores tras un acuerdo con Irlanda, Albania y la Iglesia Católica Italiana. El Papa Francisco también envió a su capellán, Mons. Konrad Krajewski, con una bendición a los emigrantes el miércoles 5 de septiembre y entregó 20.000 helados para ellos y el centro de acogida.
Giorgia Meloni, presidenta del partido Fratelli d’Italia, pregunta en Twitter: «Si solo uno de ellos comete un delito, ¿quién será el responsable? Hay que detener la inmigración incontrolada y proceder al bloqueo naval inmediato”.