Virginia Montes.
A Austria le corresponde la presidencia de la Unión Europea desde el 1 de julio y quiere proponer una línea clara para “yugular la inmigración ilegal”. Le Monde ha revelado un documento del Gobierno austriaco en el que se propone que no se atienda ninguna demanda de asilo en ninguna nación de la Unión Europea.
El abuso del derecho de asilo ha hecho que se produzca lo que ya se llama la migración secundaria: se pide el derecho de asilo en una nación de entrada y se sigue viaje; se pide el asilo en otras naciones. En Italia, sólo el 5% de los que lo pidieron asilo tenía condiciones para ser aceptado, pero el resto deambulan generando conflictos, inseguridad y viviendo de las ayudas sociales. De los 60 inmigrantes traídos por el barco Open Arms sólo un yemení podía ser considerado con derecho a asilo, en principio; se ha concedido el estatuto de refugiado a 8 egipcios. De los 629 del Aquarius ninguno venía de una nación en conflicto.
El texto ha sido enviado a los 27 países miembros y él se propone un “nuevo sistema de protección” en el que “ninguna demanda de asilo sea aceptada en suelo europeo”. Y sólo se aceptarán emigrantes que “respeten los valores de la UE y sus derechos y libertades fundamentales”; una referencia bastante expresa contra los musulmanes.
El texto aborda también los puntos de acceso creados en 2.015. Austria no quiere mejorarlos, lo que pretende es cambiarlos para que estén fuera de Europa. Austria hace un retrato robot de los inmigrantes que arriban: “No son los que tienen necesidad de protección los que llegan a Europa, sino sobre todo personas que pueden permitirse relacionarse con redes criminales y se sienten suficientemente fuertes para emprender travesías peligrosas”.