Enrique de Diego.
Nunca Barcelona había caído tan bajo ni tú tan alto, Ada Colau. Dice mucho de la degeneración de Barcelona, del desfonde moral de toda una ciudad, que tú, un mal producto de los medios, hayas llegado a alcaldesa. Cada vez que intervienes sueltas la retahíla de estupideces de la corrección política como una mezcla de beata laica y de papagayo. No hay estulticia que no salga de tu boca. Das pena.
Eres tan incompetente que fuiste incapaz de poner unos miseros bolardos en Las Ramblas, a pesar de todas las advertencias. Quince personas murieron por tu responsabilidad, por tu incompetencia y por tu ideología putrefacta de baratillo. Incluso tienes entre tu deleznable equipo a un abogado de terroristas islamistas, Jaume Asens, partidario de los criminales que mataron a quince inocentes y ahí sigue a tu lado. Tan preocupada estabas, pedazo de alcornoque, con la islamofobia, que, con tu islamofilia bisexual, se te coló por las Ramblas un islamista asesino con una furgoneta.
He citado a uno de tu equipo, pero qué decir de ese manojo de complejos llamado Gerardo Pisarello, que no sabe si es catalán, argentino o español, aunque lo único que ha demostrado es odio a la bandera de España. Un personaje que en una sociedad fuerte, en un Estado de Derecho real, seguramente sería deportado.
Resulta que en el Ayuntamiento de Barcelona tienes unos sociólogos a sueldo que te hacen encuestas electorales, lo cual es una malversación de fondos públicos como el castillo de Montjuic y tus lacayos afirman que todavía te van a votar, lo cual dice mucho del grado de degeneración intelectual y moral al que han llegado los barceloneses; una ciudad que vive de las rentas de Gaudí y de una burguesía ilustrada que tuvo sueños modernistas y los plasmó.
De todas y cada de tus chorradas de monja laica bisexual está de vuelta toda Europa, Inmaculada Colau. Eres la última en mantener la estupidez correctamente política. Ya no lo hace ni la pobre Ángela Merkel. Estoy seguro que los barceloneses terminarán reaccionando y saliendo de las trampas separatistas y multiculturalistas y te harán desaparecer por el sumidero de la Historia. Esa pasión tuya por traer inmigrantes ilegales la vas a pagar muy caro. Acierta Matteo Salvini cuando define como una mafia esclavista a Proactiva Open Arms, una ONG del señor de las tinieblas, George Soros, al que tú sirves. Tú estás dispuesta a acoger a toda África y a toda Asia y dar estatuto de refugiado a quien te dé la gana, con tal de salir diez minutos en ese bodrio que es La Secta.
¿Refugiados? ¿Refugiados, de qué? Los polizones a bordo del Open Arms son ocho palestinos, ocho de Sudán del Sur, tres de Mali, cinco sirios, uno de Burkina Faso, otro de Costa de Marfil, cuatro eritreos, ocho egipcios, tres de República Centroafricana, dos de Camerún , dos etíopes, seis libios, ocho de Bangladesh y un guineano. ¿Ocho egipcios? Refugiados, ¿por qué? Ocho de Bangladesh, ¿refugiados por qué? ¿Qué guerra hay en Bangladesh, pedazo de alcornoque? ¿Cinco sirios? Pues ya pueden estar de vuelta que Assad y Putin han conseguido que Siria sea ya un lugar seguro. ¿Dos etíopes? De qué o quién los vas a refugiar. ¿Y Costa de Marfil, qué pasa en Costa de Marfil? ¿Y en Burkina Fasso? ¿Y en Camerún? ¿Y en Guinea?
Esto es un cachondeo, incompetente Ada Colau. Tú practicas la solidaridad robando a los contribuyentes, para generarles conflictos y encima insultarles. Amas tanto a los pobres que no haces más que crearlos, 3.500 tienes por las calles de Barcelona sin hacerles ni caso.
Peor para los barceloneses de esta hora que han degenerado tanto que te soportan. Así que llegan 59 de 14 nacionalidades y de esas 14 nacionalidades, que ese barco de piratas y traficantes de esclavos parece la ONU, todos tienen derecho, porque tú lo vales, porque te da la gana, por tus delirios de estupidez políticamente correcta, al estatus de refugiados.
Barcelona hoy no es la de Gaudí. Es la de Ada Colau, hortera de bolera, en la que unos nous catalans querían volar la Sagrada Familia. Inmaculada, eres el mayor desastre de España y tienes a Barcelona hecha una mugre, que da asco.
Lee el testimonio de Rebecca Sommer para aprender algo.