José Donís Catalá.
“Lo que he conseguido [de Sánchez y Tsipras] es quizá más de lo que yo esperaba”, dice Ángela Merkel, “superando” las exigencias de sus socios bávaros. Lo avisó nuestro presidente, el guapo, que al empezar la cumbre dijo que quería “solidaridad especialmente con Alemania”. No con Siria, Afganistán o Sudán, solidaridad con Alemania. De este modo España y Grecia se convierten en campos de inmigrantes venidos desde Alemania. Entre 2014 y 2015 Ángela Merkel decidió imponer sin consenso europeo su política de puertas abiertas, tres años después el desastre es de tal magnitud que debe acudir a sus colonias del sur de Europa para que ejerzan de solidarios, con Alemania.
En 2015 Ángela Merkel metió en Alemania un millón cien mil inmigrantes, en su inmensa mayoría varones jóvenes musulmanes venidos de países islámicos. Apenas llevaban unos meses en suelo alemán cuando llegó la tradicional festividad de Occidente celebrando el cambio de año. Los inmigrantes salieron en tropel de sus centros de acogida. En 12 de los 16 Estados alemanes hubo ataques a mujeres, según un informe de la Oficina Federal de Investigación Criminal, en Berlín, Bielefeld, Düsseldorf, Frankfurt, Hamburgo y Stuttgart, y en otros países europeos como Suecia, Austria o Finlandia. El caso más llamativo fue el de la ciudad de Colonia, en cuya catedral del s. XIII reposan los restos de los Reyes Magos. La Nochevieja se saldó en Colonia con 1.527 delitos -ataques contra mujeres alemanas- y 1.218 víctimas. Los datos son del Ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia Ralf Jäger (SPD) al Dusseldorf Landtag, en lo que han llamado «Grupo de Investigación de Año Nuevo» de Colonia. Al menos en 185 casos hubo robo además de violación. De los 153 acusados, 149 son inmigrantes islámicos, dos tercios de ellos de Marruecos y Argelia (103), 68 son solicitantes de asilo, 18 ilegales, 4 refugiados menores no acompañados y 47 con estatus no resuelto. Los datos son del Der Spiegel, la mayor revista semanal europea, con una tirada de más de un millón de ejemplares.
Simplemente la verdad no se puede ocultar más, la realidad es tozuda. Por mucho control de los medios, por mucho que se instaure la censura, al final no son las elites quienes padecen la invasión musulmana sino el votante medio, la gente normal que debe cambiar sus hábitos de vida y costumbres milenarias porque alguien decidió que necesitaba mano de obra barata.
La ingeniería social es lo que tiene, suelen pagarla los más humildes. Según la Conferencia episcopal alemana la situación es irreversible: en 20 años los cristianos alemanes serán una minoría. Solo en 2016 cerraron 537 parroquias católicas. Turquía controla 700 nuevas mezquitas, y Arabia Saudí quiere construir 200 más, “una para cada cien refugiados”. En la diócesis de Trier, la comunidad católica más antigua, las parroquias pasarán de 903 a 35, según el obispo Stephan Ackermann. En la diócesis de Essen han pasado de 259 a 43 parroquias.