Enrique de Diego.
El Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia, que tiene al frente a una juez, Isabel Rodríguez, competente, investiga a Eduardo Zaplana por el cobro de comisiones que se situarían en la cantidad de 10,5 millones de euros, provenientes de dos operaciones ambas relacionadas con los Cotino de Sedesa: la zona seis del Plan Eólico de la Comunidad Valenciana y la privatización de las ITV. El presunto delito cometido estribaría en el blanqueo de dinero y delito fiscal, pues el dinero habría sido guardado en Panamá, administrado desde Uruguay, por el abogado Fernando Belhot, y Zaplana lo habría hecho retornar a través de Luxemburgo y Andorra.
Esos son los datos de la operación abierta. Me parece indudable como hipótesis que estamos sólo ante la punta del iceberg de la corrupción de Zaplana, un político que ya había salido tempranamente en el caso Naseiro, indicando su voluntad de corrupto y venir a la política para forrarse, en Púnica y Lezo. Los Parques Eólicos y las ITV, siendo proyectos importantes, palidecen ante Terra Mítica, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la Ciudad de la Luz, el circuito de Cheste…Hay que recordar que dos empresarios declararon que Zaplana cobraba comisiones por las obras de Terra Mítica. Previsiblemente, la corrupción de Zaplana es mucho mayor y está relacionada y entrelazada con la del socialista José Bono, que es una de las asignaturas pendiente de nuestra corrompida democracia.
El hombre dedicado a llevar los maletines de Eduardo Zaplana es el presidente de RTVE, José Antonio Sánchez. Resulta verdaderamente alarmante que siga al frente de RTVE un personaje que ha reconocido en sede parlamentaria ser un corrupto. Sánchez aparece con dos anotaciones en la contabilidad B de Luis Bárcenas: cobró 1.100.000 pesetas en los años 1.994 y 1.995, al tiempo que compaginaba esos sobres con su trabajo como cronista parlamentario de Abc, siguiendo las directrices de otro de los mayores corruptos de España: Luis María Anson.
José Antonio Sánchez conectó con Eduardo Zaplana en Benidorm, donde veraneaba, y cruzó las líneas rojas cuando acogió en su apartamento a la tránsfuga Maruja Sánchez, para resguardarla de la presión del ambiente. En las grabaciones del caso Lezo de las conversaciones entre Ignacio González y Eduardo Zaplana, éste le denomina «intermediario» y le sitúa haciendo gestiones oscuras entre el marido de Cospedal, Ignacio López del Hierro, un conocido comisionista y acumulador de puestos en consejos de administración, de los que cobra sin aparecer, y el fiscal Moix.
Sánchez es un hombre de Zaplana al cien por cien y de sus zonas más oscuras. Según fuentes solventes, José Antonio Sánchez acompañaba a Francisco Hernando el Pocero en sus visitas a la extinta Caja de Ahorros del Mediterráneo para financiar la megalomanía de Seseña y que condujo a uno de los mayores fallidos de la CAM; vendida por un euro al Banco de Sabadell. José Antonio Sánchez actuaba de intermediario en representación de Eduardo Zaplana y José Bono, unidos en la corrupción. Sánchez necesita mucho dinero para vivir porque es adicto al juego, padece de ludopatía.