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Ciudadanos miente: Todos los de Ciudadanos de la Comunidad Valenciana son zaplanistas

Redacción




Enrique de Diego.

No es posible ocultar, ni diluir, ni difuminar que todos los de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana son zaplanistas, que Ciudadanos es simplemente el zaplanismo con otra marca, que los zaplanistas han ido echando a los que fueron recalando en esa formación, de modo que a día de hoy todos son zaplanistas.

No es posible ocultar, ni diluir, ni difuminar, que ese notorio proceso político es consecuencia de un pacto entre Albert Rivera y Eduardo Zaplana, que en ningún caso se trata de una suma de decisiones personales o de un cúmulo de personalidades, ni nada parecido a una infiltración o entrismo, sino que desde el primer y en todo momento Albert Rivera y el secretario de organización, Fran Hervias han respaldado a los zaplanistas, también en los procesos de depuración sectaria que han desarrollado.

Luis Crisol, Francisco Sánchez y Emigdio Tormo. /Foto: lavanguardia.com.

En 2.009, con el título «El retorno de Zaplana«, Francisco Sánchez Martinez publicó un artículo en el que empezaba diciendo -con motivo de la actuación de Zaplana como pregonero de la localidad alicantina de Daya Vieja- que «Zaplana ha vuelto a la Comunidad de la que nunca debió irse». El artículo, que era un ejercicio de adulación irrestricta y bochornosa, afirmaba que «no hay campistas: hay zaplanistas y exzaplanistas» y añadía que «la gente militante de base adora a Zaplana. ¡Cómo les jode esto a los herederos del legado de votos y apoyos» y que «la gente admira su gestión política».

Francisco Sánchez Martínez es hoy el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Elda y el estratega del «clan del dátil» -como se bautizó desde Rambla Libre-, el núcleo duro del zaplanismo, que desde Elche, controla a Ciudadanos en la Comunidad Valenciana. Fue director del Instituto Juan-Gil Albert de la Diputación de Alicante por nombramiento de José Joaquín Ripoll, imputado, amigo y hombre de confianza de Zaplana. Francisco Sánchez desarrolló una gestión nefasta y corrupta, disparando los gastos y contratando con empresas con las que tenía relación laboral, sin que Albert Rivera y Ciudadanos hayan tomado la más mínima medida.

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La detención de Eduardo Zaplana interpela a Ciudadanos, a Albert Rivera, y cuestiona la ética de esa formación como mera mutación del zaplanismo. Ciudadanos ha tratado de echar tinta de calamar gastada: a) el partido no tiene ninguna relación con Zaplana, que no ha asistido a ningún acto; b)“no podemos controlar de dónde vienen” todos los afiliados; c) “vienen del bipartidismo porque hay quien se sumó a otros proyectos por el descontento con el PP, pero también hay personas que vienen de la sociedad civil”.

Los puntos b y c son completamente mentira. Pueden controlar de donde vienen porque todos pertenecen al sector Zaplana y entraron en bloque, orgánica y disciplinadamente. No hay personas que hayan llegado de la sociedad civil. El zaplanismo primero absorbió a UPyD, para después ir depurando a los que llegaron por esa vía (caso de Alexis Marí, exportavoz en las Cortes Valencianas), salvo Fernando Llopis en Alicante, que era prácticamente un submarino del PP hasta el punto de que, en la corrupta etapa de Sonia Castedo, era conocido como el concejal 19. La relación con la sociedad civil se identifica con la eurodiputada Carolina Punset, que es una notoria disidente.

Entraron en bloque por orden de Zaplana, que es a quien han estado obedeciendo hasta ayer y han dejado rastro: tanto Emilio Argüeso, diputado autonómico y delegado territorial, como Emigdio Tormo, diputado autonómico y excoordinador de Alicante, se iban a presentar a las elecciones a la presidencia del PP de Elche y de repente desaparecieron para emerger como los dirigentes de Ciudadanos. La condición de zaplanista de Emigdio Tormo es tan absoluta, que los campsistas le abrieron expediente de expulsión cuando era concejal en Elche y José Joaquín Ripoll creó incluso un organismo, la Agencia Alicantina de la Eenergía, para colocarle.

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Es preciso tener en cuenta que el partido de Albert Rivera no es democrático, no funciona mediante representatividad y elecciones de la base, sino con una estructura jerárquica piramidal y por delegación, de forma que los zaplanistas han sido nombrados por Albert Rivera y Fran Hervías. Todo lo demás es mentira y engaño.

Otros zaplanistas notorios: Santiago Mira, ilicitano, secretario de organización, fue concejal del PP. Luis Crisol, senador. Fernando Mut: Gandía, primer coordinador provincial de Valencia. Pepa Ferrando y su grupo: Orihuela. Alcoy: Jorge Sedano. Benidorm: Seguidores de Gema Amor.

Es una completa impostura que Albert Rivera y Ciudadanos traten de negar la evidencia. Eduardo Zaplana no sólo puso el Club Siglo XXI a disposición del lanzamiento de Rivera, también le abrió las puertas de Telefónica y otras empresas del Ibex 35. Y Ciudadanos en la Comunidad Valenciana es tan suyo o más que de Albert Rivera.