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La operación jupiterina de la coalición internacional contra Damasco, un completo fracaso geopolítico

Redacción




Diego Pappalardo. Director Consultora Universum.

Está claro que el ataque que la  Coalición Internacional  perpetró contra Siria y su gobernante legítimo, Bashar Al Assad, patentizó –una vez más- la intención de ciertos niveles de los  poderes sionistas y atlantistas de proseguir con la planeación que  convergentemente  estructuraron  en torno al escenario sirio. Es una ofensiva  destructora a la que la  mayoría de los habitantes del mundo no le encuentra lógica alguna, ni razón de justicia. Se presenta de ese modo porque el aplanamiento y la posterior abolición del estado sirio favorecen pura y exclusivamente a los Amos del Dinero y a los Señores de la Guerra.

Aunque el actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, haya manifestado en reiteradas oportunidades  su perspectiva particular  de la cancelación de la presencia militar estadounidense en Siria, lo cierto es que los poderes fácticos realmente decisorios le presionan para que se amolde a la agenda geopolítica  con lluvia de  misiles, presión política, diplomática y económicas  internacionales y el mantenimiento de los activos militares en el país de Medio Oriente ya que Siria continúa en los radares de esos polos de poder.

En los días previos al 14, los activos más extremos del Sionismo y del Atlantismo peticionaban una gran ofensiva contra Bashar Al Assad y contra Irán. John Bolton,  Asesor de Seguridad Nacional de Trump, fue elevado al cargo por  indicación del magnate Sheldon Adelson. Mike Pompeo, candidato para ocupar la Secretaría de Estado, responde a la línea de Netanyahu; lo mismo que la embajadora ante la ONU,  Nikki Haley. Los senadores republicanos Linsey Graham y John Mccain – ambos neocon- redoblaron la  campaña por un intervencionismo duro, quirúrgico y aleccionador por parte de los Estados Unidos, contando con la labor operante de los Mass Media, incluyendo a la Cadena Fox, cuyo propietario, Rupert Murdoch, aliado a Jared Kushner y  asesor no oficial de Donald Trump, tiene concretos intereses empresariales con la geopolítica israelí y la banca Rothschild en el escenario sirio.

En la noche de la jornada  del día 9 de abril en la que Israel atacó la base siria T4, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, después de comunicarse con la Administración de Washington, ya tenía asegurada la participación de los Estados Unidos en el bombardeo que terminó sucediendo el 14 de abril. Ello lo afirman distintos medios de comunicación israelíes, entre ellos, el canal 10 de televisión.

Esa revelación también contradice la versión que dieron algunos funcionarios estadounidenses de que a la Administración de Netanyahu le avisaron la fecha y hora del ataque, un poco antes de que efectivamente ocurriera.

Según fuentes israelíes,  el miércoles 11, Netanyahu se enfureció con el presidente Putin cuando mantenían  entre sí un intercambio telefónico porque el líder ruso le reafirmó que no abandonará  la alianza con Al Assad y le insistió en que Israel respete la integridad y la libertad de Siria y procure no efectuar otras incursiones bélicas. El mandatario sionista, a su vez, le expresó que hará todo lo posible para detener a Irán ya que ello es vital para Israel.

Más tarde, el Kremlin emitió su versión de la comunicación que hubo entre los dos líderes,  expresando, entre otros pormenores, que efectivamente Putin le pidió a Netanyahu respetar la soberanía de Siria y abstenerse de cualquier acción que tienda a desestabilizar al país.

Previo a la ejecución de la ofensiva bélica  existieron conversaciones de alto nivel entre Israel, Gran Bretaña y Francia para tratar los detalles del ataque inminente. En la noche del jueves 12, El Consejero de Seguridad Nacional de Israel, Meir Ben Shabat, se comunicó telefónicamente con su par británico,Mark Siddowall, y, durante la jornada siguiente, se contacto con su colega francés, Philippe Etienne. A ambos les dejó bien en claro que, en nombre del liderazgo de Netanyahu,  apoyaba el plan operativo final, pero que el resultado del ataque no resolverá el principal problema estratégico que es  la presencia y la consolidación de Irán.

Élites políticas, militares y empresariales israelíes no se separaron ni un minuto del proceso de los bombardeos.

Desde Londres, The Economist, propiedad de la rama británica de los Rothschild, promovía que la comunidad internacional accionase contundentemente  contra Bashar Al Assad. Teresa May explicitó en el Parlamento Británico que los bombardeos en Siria es por el interés nacional de Gran Bretaña.

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En tanto,  el hijo putativo de los Rothschild franceses, Emmanuel Macron, clamaba por el envío de un mensaje militar contra el gobierno nacional de Siria.

El Ministro de Defensa, James Mattis, le ofreció al presidente Trump tres posibles opciones:

1-Enfocarse en bombardear un número muy reducido de objetivos presuntamente relacionados a las armas químicas.

2- Destruir  una gama más amplia de objetivos, incluidas áreas altamente sensible de la infraestructura militar de Al Assad.

3-Atacar a la defensa aérea rusa para debilitar la capacidad militar del gobierno de Al Assad.

The Wall Street Journal reportó que Trump pidió  a sus asesores que contemplasen la posibilidad de atacar simultáneamente en Siria las instalaciones iraníes, rusas y sirias. El General Mattis se negó tenazmente a formar parte de esa idea por temor a la represalia que sería gigantesca, haciendo prevalecer la modalidad que al final se aplicó y que, según el gobierno francés, tiene paternidad gala.

Incontrastablemente, el cumplimiento de la  operación misilística de la Coalición Internacional fue advertida con anterioridad, hecho que posibilitó una óptima defensa siria y el constante desenvolvimiento diplomático-militar ruso e iraní para prever y controlar acciones con el fin de eludir el entrampamiento pergeñado por sus competidores regionales y  globales.

Con perentoriedad, se implementó un dispositivo de protección de lugares claves y despliegue operacional y armamentístico, sabiendo de antemano que a priori la población civil y las fuerzas rusas no serían consideradas como blancos principales. Tanto  la ministra de las Fuerzas Armadas de Francia, Sylvie Goulard, como John Huntsman, actual embajador estadounidense en Moscú y discípulo del estratega mundialista Henri Kissinger, comunicaron que  respectivamente avisaron a Rusia con antelación sobre el ataque a darse.

De la inminencia del ataque, Moscú habría avisado a Damasco a las 21 PM hora del día 13, colaborando también con la transferencia de información a partir del seguimiento de los misiles desde las plataformas de lanzamiento, tanto las marítimas como las aéreas. Se instrumentó el avión de radar de largo alcance A-50 que ayudó significativamente en la detección de las piezas del enemigo.

Para  mostrar la capacidad de fuego de la Coalición Internacional, las fuerzas combinadas de los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia con respaldo complementario de la inteligencia y el  monitoreo israelí, utilizaron plataformas del Mediterráneo,  el Mar Rojo, el Golfo Pérsico y de la región siria de Al Tanf, donde los Estados Unidos tiene su base militar ilegal, no reconocida por Damasco. Los misiles comenzaron a llover sobre el espacio aéreo sirio desde las 4:42 AM y la duración del ataque se extendió hasta las 5:10 AM, siempre hablando en Hora de Siria.

Hay que destacar que en ningún momento Siria y Rusia perdieron el control del espacio aéreo.

Para el Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia, la fuerza multilateral arrojó 103 misiles de crucero y misiles de tierra –aire contra complejos sirios, pero 71 de ellos fueron derribados por el sistema defensivo de Bashar Al Assad. Para repeler el ataque, el  complejo defensivo sirio utilizó los sistemas Buk, 9K33 Osa, S-125, Strela, Kvadrat, S-200 y Pantsir -1, disparando 112 misiles.

En todo momento, la embestida tuvo una configuración limitada con el claro objeto de evitar la  colisión directa con Rusia, habiendo gastado la Coalición Internacional más de 200 millones de dólares.

Cabe consignar que el Pentágono informó que atacaron con 105 misiles que impactaron exitosamente en tres objetivos: el centro de investigación y desarrollo de Barzah (76), un depósito y un búnker localizados en Him Sinshar (29). Para la Coalición Internacional, estas instalaciones estaban  vinculadas a la producción y al almacenamiento de armas químicas pero ningún representante de la Coalición Internacional exhibió evidencias objetivas que respalden las acusaciones contra Bashar Al Assad ya que, al fin y al cabo, la credibilidad de su narrativa la fabrican y la imponen los centros de poder atlantistas-sionistas.

Como se puede apreciar, hasta el momento, no hay un acuerdo respecto de la cantidad de misiles disparados por la Coalición Internacional, tampoco lo hay en relación al número de misiles interceptados. Algunas fuentes hablan de hasta 90 misiles neutralizados.

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El mismo presidente Trump negó enfáticamente que los misiles de la Coalición Internacional hayan sido derribados. Por su parte, el portavoz del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa, General Mayor Igor Konashenkov, afirmó que genera escepticismo la versión oficial de la Coalición Internacional sobre los objetivos reales de la combinación militar multinacional, agregando que, entre los puntos a destruir, figuraban instalaciones militares sirias, incluidos aeródromos.

Tras el ataque,  los investigadores de la Organización para la Prohibición de las ArmasQuímicas (OPAQ) comenzaron a estudiar en el terreno  lo ocurrido el 7 de abril en Duma, al este de Damasco. ¿Las potencias que bombardearon el sábado 14 harán lo mismo con el resultado final de la OPAG, cuando se demuestre  que no hay prueba alguna para acusar al gobierno de Al Assad de usar armas químicas? ¿Se generará un evento de impacto mundial en el Este de Siria?

Durante el domingo 15, el presidente de Francia, Macron, comentó que habían logrado convencer a Donald Trump para desistir de su intención de retirar las tropas de su país del escenario sirio. En igual sintonía, la embajadora  de los Estados Unidos ante la ONU, Haley, en una entrevista para un  envío televisivo de la cadena Fox, manifestó que las tropas estadounidenses se quedarán en Siria hasta lograr detener el uso de armas químicas, derrotar completamente al Estado Islámico y monitorear a los iraníes. Pero, contradiciendo a ambos, la vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, reafirmó la voluntad de Trump de que se produzca lo más pronto posible el regreso de las fuerzas militares de los Estados Unidos y acotó que los aliados de Washington deben  principalmente ocuparse de la seguridad regional y cubrir los costos de la intervención estadounidense.

China en plan de convertirse en equilibrio global  salió a mostrar su posición frente al ataque al considerar que el mismo fue una violación al derecho internacional y desiste de anular su cooperación con Damasco, mientras que los Ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, reunidos en Luxemburgo, condenaron  el presunto uso de armas químicas por parte de Al Assad pero pide el relanzamiento del proceso  de solución política  bajo la guía de la ONU.

Muchos expertos y políticos de Israel no están  satisfechos con los efectos de la operación de la Coalición Internacional porque no logró socavar  el poder de Al Assad, ni frenar a Irán.

En la óptica del columnista Hazi Simantov, los sirios están exultantes y la capacidad militar de Siria está intacta por lo que Al Assad obtuvo una doble victoria: No fue atacado y se ve  fortalecido por la cooperación ruso-iraní.

Para el ex Asesor de Seguridad Nacional de Netanyahu, Yakoov Nagel, es intolerable la presencia iraní en Siria pero hay que intensificar el buen intercambio entre las administraciones israelíes y rusas ya que Rusia se ha convertido en un eje en Medio Oriente y no dio muestras de animadversión al estado sionista. Para el reconocido consejero, Putin sería el gobernante internacional con el que más hablaría el líder israelí y eso genera esperanza.

No obstante, otros hombres de la comunidad de inteligencia de Israel creen que es fundamental que se reduzca el diálogo entre Israel y Rusia, considerando que Netanyahu  no pudo obtener de su homónimo ruso la ruptura con Damasco y Teherán. Incluso, algunos van más allá y no descartan en el futuro un posible conflicto militar  entre Israel y Rusia cuando ya no estén en los gobiernos Netanyahu y Putin.

Por último, el analista militar Ron Ben Yishai señala categóricamente que la Coalición Internacional no alcanzó sus objetivos por lo que  “Al Assad puede respirar aliviado”, aunque aproximadamente a las 1:10 AM (hora de Damasco) del 17 de abril, la Fuerza Aérea de Israel volvió a atacar a Siria. Según diversas fuentes, aviones de combates israelíes atravesaron el espacio aéreo sirio y lanzaron una serie de misiles contra objetivos militares en Siria. El sistema de defensa del gobierno nacional de Al Assad logró defenderse satisfactoriamente.