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Miguel Bernad denuncia el trato vejatorio y humillante al que fue sometido en su detención y en la cárcel

Redacción




Miguel Bernad, en el momento de la detención. Todas las cámaras han sido avisadas. /Foto: politica.elpais.com

Luis Bru.

Miguel Bernad, secretario general de Manos Limpias, fue detenido y encarcelado, sin pruebas ni indicios, con carácter preventivo, situación en la que se le mantuvo nueve meses, con trato vejatorio y humillante, que denuncia en escrito remitido al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Lo que se deduce de los puntos de denuncia resulta espeluznante e indica ensañamiento.

Primero: Que con fecha 10 de febrero de 2018 presenté ante ese Alto Comisionado, denuncia por detención ilegal e ingresar prisión, ilegal y anticonstitucional.

Segundo: Que durante mi estancia en el calabozo de la sede policial, más de 3 días, tuve un trato vejatorio, al estar más de 24 horas sin medicación y sin gafas de miopía que me incautaron y en una celda que tenía la letrina atascada.

Tercero: Durante mi estancia en prisión, cárcel de Navalcarnero, me obligaron a limpiar letrinas y a recoger colillas del patio, cuando el Reglamento Penitenciario exime de esos trabajos a los mayores de 65 años.

Cuarto: Durante mi estancia en la cárcel, me tienen que trasladar al Hospital de Alcorcón (Comunidad de Madrid) por un desprendimiento de retina. Cuando me bajan al quirófano, en camilla y desnudo con una simple bata y el goteo, me esposan con grilletes dos policías nacionales.

Quinto: Durante mi recuperación en la enfermería de la cárcel tuve que estar 2 meses con la cabeza boca abajo, teniéndome que poner las gotas en el ojo con ayuda en ocasiones de otro preso.

Sexto: Tuve además que compartir habitación en la enfermería con un enfermo de sida.

Séptimo: En los 9 meses que permanecí en la cárcel, tuve que desplazarme a varios Juzgados para comparecer en diligencias donde estaba como acusación popular. Los desplazamientos en furgón de policía, se efectuaron esposado con grilletes.

Octavo: Los desplazamientos al hospital de Alcorcón, para las revisiones de la operaciones del ojo, se efectuaron esposado con grilletes y paseándome por las dependencias del hospital ante las miradas de las decenas de personas que esperaban ser atendidas en sus consultas.

Noveno: El día de la detención, el 15 de abril de 2016, se avisa por la UDEF, a todos los medios de comunicación para aplicarme “la pena del telediario”, criminalizándome y lapidándome ante la sociedad Española.

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Décimo: El trato degradante en los medios de comunicación, como consecuencia de la detención en prisión, alcanzó cotas dantescas.

Undécimo: los innumerables traslados en furgones policiales para efectuar diligencias se hicieron  sin cinturón y esposado con el riesgo que ello comporta, de frenazos con caídas dentro del furgón.