Roberto Centeno. Catedrático de Economía.
Ocultada masivamente por las inmensa mayoría de los medios nacionales, Felipe VI de un lado y Luis de Guindos de otro, fueron gravemente criticados por los grandes bancos de inversión mundiales por su pasividad y su incompetencia absoluta ante la organización criminal que ha declarado la independencia de Cataluña en forma unilateral. J.P. Morgan, Goldman Sacks, Blackrock y otros echaron en cara al Rey y a De Guindos su desastrosa gestión del problema catalán, que es una amenaza no solo para España sino para la estabilidad de toda Europa.
No pueden comprender como el Monarca cuya única obligación constitucional es la de mediar en los conflictos entre instituciones, ha mirado durante años para otro lado mientras el Gobierno no solo permitía a una banda de sediciosos incumplir la Ley y preparar un golpe de Estado con total impunidad, es que además la ha financiado. Rajoy es el único caso en la historia de un presidente que entrega a sus enemigos que quieren destruir la nación el dinero y las herramientas para hacerlo. Y Su Majestad ni siquiera ha convocado a las partes en conflicto para tratar de encontrar una solución y si no para imponerla como es su mas importante y única obligación como Rey.
Su discurso tarde y mal, un discurso que Rajoy que le ha jurado odio eterno desde que encargó a Sánchez formar gobierno al negarse el a hacerlo, ha sido ignorado por el Gobierno, y el Monarca no ha vuelto a abrir la boca. Pero los grandes inversores internacionales le han preguntado a él y a De Guindos como el Gobierno había sido capaz de cometer tan graves errores e improvisaciones, cómo habían podido convocar elecciones sin antes explicar a los catalanes el catastrófico futuro que les aguarda si los separatistas vuelven a gobernar, como sin antes quitar su aparato de propaganda y coacción a unos totalitarios como no se recuerdan en Europa desde el nazismo, y sobre todo que piensa hacer D. Felipe como Rey cuando esta en juego el prestigio, la legalidad y la unidad de España.
Como el Rey fuera incapaz de responder nada excepto banalidades y lugares comunes, los grandes inversores mundiales profundamente irritados ante la cobardía patológica del Monarca que no les inspira ya ninguna confianza, le explicaron que han paralizado ya todas sus inversiones en Cataluña y le advirtieron que si esto no se soluciona en breve harán lo mismo en toda España. “El problema catalán Majestad ha dejado de ser ya solo un problema interno de España, es un problema que puede afectar a la estabilidad futura de Europa”. Testigos de estas conversaciones que no fue solo una sino varias fueron De Guindos, que no va a contar con apoyo alguno de los grandes bancos mundiales para ocupar un sillón relevante en el BCE, ya que le consideran un perfecto inútil como a todo el Gobierno de Rajoy, y los Presidentes de Banesto, Vizcaya e Iberdrola.
Y mientras Cataluña se encuentra paralizada, mientras la violencia física y política vuelve a las calles de manos de bandas de matones a los que los Mossos tratan con guante blanco, el Rey ni siquiera abre la boca excepto para mentir en Davos diciendo que el problema catalán está resuelto, lo que ha hecho que los grandes inversores internacionales cansados de tanta memez y mendacidad le han explicado con claridad que no se fían de él, que no esta cumpliendo su única obligación constitucional de mediar en los conflictos entre instituciones, y que al igual que Rajoy está demostrando ser un irresponsable y un cobarde sin paliativos ante los sediciosos, algo que no se toleraría en ningún Estado de Derecho y que su inacción y cobardía no solo es peligro letal para España sino para toda Europa. Y mientras tanto, pensando que los españoles somos imbéciles, todos los grandes medios nacionales lanzan una campaña masiva destinada a lavar la imagen de un Monarca indigno, explicar a los españoles su vida familiar, contado cuando se levanta, lo que desayuna, lo que trabaja durante el día, o lo que explica a sus hijas sobre el deber hacia España, que el parece desconocer por completo.
Y todo esto ocurre cuando la economía empieza a desacelerarse con una fuerte caída en el cuarto trimestre, muy superior a la reconocida por el Gobierno, con el desplome del consumo privado como consecuencia de los bajos salarios y las menguantes pensiones que crecen muy por debajo de la inflación, y con un crecimiento basado en la deuda hasta el punto que durante los últimos 4 años en que ha habido crecimiento cada euro de incremento de PIB has costado 3 euros de incremento de deuda, algo que hasta un niño de primaria se daría cuenta que eso no es salir de la crisis como afirman Rajoy y sus secuaces, sino caminar hacia el abismo de la suspensión de pagos, algo que ocurrirá en cuanto el BCE deje de comprar la deuda española y empiece a subir los tipos de interés.