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Un golpe electoral en marcha por una pasividad manifiestamente calculada…y errática

Redacción




Electores haciendo cola en Cataluña. /Foto: elpais.com.

José Manuel Lestón.

Eso es lo que se prepara para la jornada de hoy. Resistencia supuestamente pasiva bajo activa y presente ejecución. Todo ello durante la sesión de votación y también en el escrutinio. Los intentos de pucherazo por parte de los separatistas en esos dos momentos citados ya han sido programados, como se desprende de lo publicado ayer en prensa. El resultado final es impedir que voten con normalidad todos los catalanes. Y para ello cuentan con una fuerza humana muy superior a la de sus oponentes en cuanto a apoderados e interventores se refiere.

Tienen 2 ventajas: Una ventaja numérica amenazante; y la desventaja de los no nacionalistas de no poder cubrir todas las mesas electorales con garantías. ¿Acaso el Gobierno ante esa ilegal presión sostenida por los golpistas va a garantizar que las papeletas de todas las opciones electorales estén en su sitio correctamente dispuestas y que el recuento de votos sea el sosegado y justo que los votantes necesitan, tras haber sido emitido ese voto bajo un ambiente de cierta anormalidad?. ¿Acaso los que nos mal gobiernan ante cierta y previsible conflictividad van a disponer sin miedos escénicos del despliegue policial existente,  sin caer en la imprevisión-improvisación pasada, para garantizar que el proceso electoral sea democrático y también para evitar otro pucherazo como el 1-O?

Nos dicen que se va a garantizar la transparencia del proceso electoral en todas y cada una de las mesas electorales de Cataluña, pero no nos garantizan el cómo. Y eso con supuestos y/o provocados errores en el censo y con la intención declarada de manipular todo el proceso. Créanme, no tengo la menor duda de que se facilitará el voto nacionalista en detrimento del que no lo es. Convicciones aparte, habrá que comprobar fehacientemente, siempre y cuando haya medios y condiciones para ello, si el número de votos coincide con el número de votantes censados  además de resolver conflictos sobre si “éste voto es válido o no lo es”. Ustedes ya me entienden.

Además a este caldo de cultivo habrá que añadir un premeditado intento de impugnar los resultados que no les favorezcan. ¿Ésa es la normalidad democrática, por un tacticismo errático, que el Ejecutivo pretende vendernos tras aplicar un 155 descafeinado y abocarnos a unas elecciones sin garantías, simplemente por no haber erradicado antes todas las estructuras de un golpismo recalcitrante?. Ese errático tacticismo es el mismo que practica siempre el Gobierno, consistente en identificar erróneamente al enemigo. De ahí que su error ya sea previo, de diagnóstico.

En cualquier caso, al final dará igual cuál sea el partido más votado, porque se impondrá el partido más pactado, gracias a un posibilismo legal éticamente ilegítimo. Como ven las variables que favorecen a los separatistas son manifiestas y ventajosas para sus intereses y ellos lo saben. Podrán mantener, si un milagro no lo remedia, un statu quo previo al golpismo pero sólo aparente de cara a la galería, pues no van a renunciar a su fin último.

¿Habrá cambio?. ¿Habrá llegado por fin la Transición a Cataluña?. Creo que la voluntad de los catalanes incita a ser optimistas. Por fin tienen conciencia de la deriva a la que les lleva el procés. ¿Pero es suficiente?. Ustedes deciden, pero la falta de garantías, la traición de los políticos y la permanencia de las estructuras golpistas juegan en contra de una democracia libre y estable. Si el mal no se erradica seguirá destruyéndose el tejido empresarial de Cataluña, proporcionalmente al desarrollo y consecución del procés, según las intensidades que necesiten los separatistas en cada momento. Ellos nunca se van a amilanar mientras nadie les combata firmemente. ¡Catalanes, ojo, que os jugáis la cartera!.