AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


Eduardo Zaplana, el lenguaraz impenitente al nivel de chusma

Redacción




Eduardo Zaplana. /Foto: cadenaser.com.

Enrique de Diego.

Que Eduardo Zaplana, exalcalde de Benidorm, expresidente de la Generalitat, exministro de Trabajo, exportavoz del PP y actual beneficiario de las puertas giratorias en Telefónica, cobrando por no hacer nada, llame «hijo de puta» a Mariano Rajoy o describa a Rita Barberá como una borracha, adicta al whisky, y una inútil total en conversaciones zafias con Ignacio González demuestra una baja catadura moral del personaje, un pésimo nivel intelectual y una inmensa hipocresía.

Zaplana, que se considera en «evidente desamparo», ya tuvo un desliz en conversaciones grabadas con Salvador Polop, en el caso Naseiro, cuando indicó estaba en política para forrarse y mostró sus pobres ideales de papanatas en cierto Opel. Entonces fue un político muerto, cuyo cadáver político hedía a miles de kilómetros. No dejo de arrepentirme de haberle ayudado a salir de aquel atolladero. Zaplana dijo y repitió mil veces que había aprendido la lección, que se había inoculado. No era cierto.

https://youtu.be/ZHb19T8Uf5w

Por mucho que en su comunicado diga que «lo que digo en esas conversaciones nada tiene que ver con práctica ilegal alguna, ni con asunto relevante a los efectos de persecución ni investigación de delitos«, es obvio que no se reunía con Ignacio González para analizar medidas de regeneración ética de la vida pública. Por de pronto, se han enviado comisiones rogatorias a diversas naciones relativas a Zaplana, que convirtió la Comunidad Valenciana en un lodazal de corrupción, que ha degradado notablemente el nivel ético de la región. El frívolo e inconsistente Zaplana demolió los resortes éticos levantinos en unos niveles de los que aún no se ha conseguido remontar.

NO TE LO PIERDAS:   Llega la imparable revolución contra la decadencia

Conversaciones propias de gentes del hampa, de auténtica chusma

Las conversaciones entre Eduardo Zaplana e Ignacio González sin duda «poco tienen que ver con pensamientos sosegados» y están planteados de manera informal, en un ámbito privado. Pero incluso para ese contexto son de una completa zafiedad, propios de gente del hampa, tono de chusma evacuando sus odios africanos. Zaplana no aprendió la lección Palop y sigue manifestándose, cuando cree que nadie le observa, como una especie de chulo puta, un macarrilla insustancial.

Eduardo Zaplana, en tándem con Rita Barberá. /Foto: valenciaplaza.com.

Y dice en privado lo contrario que en público. Dice que no ha emitido juicios políticos desde hace diez años. En cualquier caso, ese silencio incluye una falta total de críticas a Mariano Rajoy, ese «hijo de puta». Es conocido que Zaplana se mueve en la órbita de Aznar, pero siempre -fue presidente del Club Siglo XXI, ha seguido teniendo actividad política- se ha mostrado como un militante disciplinado -no hace mucho respaldó la aplicación del artículo 155-. Durante años a esa Rita Barberá a la que tilda de «bluf absoluto» no tuvo más que elogios. Es asombroso que tenga una tan baja opinión de una política con la que hizo equipo.

Eduardo Zaplana con Rita Barberá, tan amigos. /Foto: elmundo.es.

Pide Zaplana «respeto por mi intimidad». No se lo ha tenido la Justicia, porque sus conversaciones constan en un sumario, y acierta cuando señala que «tienen interés periodístico». Zaplana, siempre bajo la triple tentación del demonio, el mundo y la carne, que quería poder, dinero y prestigio social, carece de éste último por completo. ¿Dónde están la Caja de Ahorros del Mediterráneo y Bancaja? ¿Qué ha quedado de sueños faraónicos como la Ciudad de la Luz? El auténtico Zaplana se retrata en esas conversaciones que no se elevan por encima del nivel de dos capos de la camorra siciliana.

NO TE LO PIERDAS:   Vox empieza a moverse en Aragón