Roberto Centeno. Catedrático de Economía.
Nunca en la historia de Occidente se ha producido un caso de cobardía y dejación de funciones tan inaudita por un presidente de Gobierno ante una conspiración abierta para la destrucción de su nación. Tanto Felipe González en Buenos Aires, como Aznar hace diez días en una cena privada en Valencia, han acusado a Rajoy de carecer de estrategia alguna y que ha sido su inacción derivada de su cobardía patológica, la que nos ha llevado a la peor crisis desde la Guerra Civil. Desde el punto de vista social y de convivencia, la inacción absoluta de Rajoy ha llevado a una fractura total e irreconciliable del pueblo catalán, ha dividido familias, amigos, vecinos, un resultado catastrófico que tardará generaciones en recomponerse.
Y las cosas solo irán a peor, la radicalización irá a mas y esto ya solo se detendrá con la derrota total, absoluta y definitiva de los sediciosos, algo ya solo posible con la aplicación del Art. 116 de la Constitución: el estado de sitio.
Cataluña en vez de ser Dinamarca va a ser Albania
Y desde el punto de vista económico, Cataluña ha entrado en un proceso de desindustrialización y declive económico cuyas consecuencias serán devastadoras a medio y largo plazo ( ya hay mas de 2.000 empresas que han abandonado la región, y el crecimiento del paro ya dobla al de España): en lugar de convertirse en la Dinamarca del sur que vendían los separatistas se convertirá en la nueva Albania del Mediterráneo, con una renta per capita inferior a la de Portugal. Cataluña es ya primera plana, para mal, en todos los medios económicos.
Nos tocará pagar 40.000 millones de euros anuales del desastre catalán
Aunque parecía imposible hacerlo peor, la capacidad de Rajoy para llevar España al desastre parece no tener límite ni final. Su última traición ha sido pactar con la burguesía millonaria catalana, el cambio de una declaración de independencia por un pacto para el saqueo de España más la desaparición del Estado en Cataluña, similar a lo que ocurre en el País Vasco, y cuyo coste ascenderá a unos 40.000 millones de euros anuales, lo que unido de un lado a la decisión del BCE de reducir a la mitad su programa de compra de activos con lo que se refinanciaba una gran parte de nuestra deuda pública, y de otro a la desaceleración del crecimiento que afectará a los ingresos fiscales, obligará en 2018 a la mayor subida de impuestos de nuestra historia, algo en lo que mi ex alumno Montoro ya se está trabajando.
Preparen los bolsillos, Montoro les va a crujir
La expresión puede sonar exagerada, pero no lo es. Antes de que el nefasto Régimen del 78 implantara el sistema oligárquico de partidos y creara 17 reinos de taifas con todas las instituciones propias de una nación, con más de 2 millones de enchufados públicos, o 3.000 empresas públicas inútiles para colocar a parientes, amigos y correligionarios, la gente apenas pagaba impuestos tanto que la presión fiscal en tiempos de Franco era del 11 % del PIB, mientras que hoy es del 38 % del PIB oficial, pero si ponemos el PIB de verdad es del 47%. Un contribuyente medio español tiene que trabajar 170 días al año para pagar sus impuestos, y eso no el 38 % como dice falsamente la clase política si no el 47 %. Así que ya lo saben preparen los bolsillos para pagar la traición de Rajoy, porque Montoro les va a crujir.
El disparate de Rajoy de convocar elecciones exprés, en contra de sus afirmaciones anteriores de que no sería posible hasta conseguir el desmantelamiento de las estructuras de propaganda, adoctrinamiento, y acoso a los no nacionalistas de los sediciosos, en un momento en que las emociones sustituyen por entero a la racionalidad, es una locura absoluta que prolongará y profundizará aun mas el desastre al que este insensato nos ha llevado. El resultado más probable del 21-D es una nueva victoria de los sediciosos apoyados por Podemos y los Comuns, que sacarían entre 76 y 78 escaños frente a los 68 necesarios para obtener la mayoría, lo que nos llevaría a otro referéndum de independencia, a no ser que ERC que será el partido mas votado con 51/53 escaños se alíe con el nuevo PDeCAT ( 8-9) que la oligarquía quiere que dirija Santi Vila, o bien que cree un nuevo partido al estilo Macron, y el PSC ( 17-19) y opten por el saqueo de España ofrecido por Rajoy.
Cualquiera de los dos escenarios posibles después del 21-D significa que la incertidumbre está garantizada, el hundimiento económico se hará irreversible y cientos de miles de trabajadores catalanes serán despedidos, pero como la burguesía nacionalista se va a forrar con las cesiones económicas de Rajoy a costa del expolio a millones de españoles, ¿a quién puede importarle eso?. En palabras de Bloomberg, la mayor agencia de noticias económicas mundial, “Cataluña se encamina hacia un dramático y largo valle de sombras económico, por la prolongada e intensa dinámica de falta de control, la inseguridad jurídica y los enfrentamientos civiles”, y cita la grave advertencia del Circulo de economía, “las consecuencias (de la actual situación) son impredecibles, pero en cualquier caso dramáticas en términos de coexistencia, crecimiento económico y empleo”.
Los tribunales de Justicia deben juzgar al cobarde patológico de Rajoy
La historia va ser sin duda muy severa con Mariano Rajoy, aunque deberían ser los tribunales de justicia y no solo la historia, quienes juzgaran a este cobarde patológico que está llevando a España al borde de su destrucción. La semana que viene analizaré el callejón sin salida en lo económico y en lo social al que nos ha llevado este insensato, pero hoy quisiera explicar el desastre político y en particular su última traición.
Teniendo todo el poder político con una mayoría aplastante, teniendo la fuerza, teniendo la ley y la historia de su parte, Rajoy ha mirado para otro lado cuando desde 2012 los sediciosos han vulnerado sistemáticamente y abiertamente la Constitución y la ley, así como los derechos humanos mas elementales de los no separatistas a los que ha dejado abandonados a su suerte. Pero además les ha financiado sin control alguno con 74.000 millones de euros – casi el doble de lo que la hubiera correspondido por su PIB.