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21-D: Operación Macron

Redacción




Santi Vila. /Foto: lavanguardia.com.

Enrique de Diego.

Con una minoría en votos, el separatismo consiguió una mayoría parlamentaria en las anteriores elecciones catalanas. Ese acierto táctico ha provocado el error estratégico de lanzarse a la declaración de independencia en aras de la legitimidad. Esa ventaja comparativa la obtuvieron los separatistas al concurrir en una única candidatura -JxSí- Esquerra Republicana y la entonces Convergencia. Puesto que el debate se ha confundido como mera cuestión de legalidad, el objetivo es ahora cambiar el marco legal y constitucional. Para ello se ha puesto en marcha la «operación Macron» que pasa por Santi Vila, un moderado, con suficiente aura de martirologio por su noche en la cárcel y su fianza, que propone, en la línea de la conjura de Jaume Roures y el mantra de Pablo Iglesias, «un referéndum pactado», «a través del diálogo con el Estado«, como declaró ante la jueza Carmen Lamela.

Artur Mas: /Foto: enpaiszetacom.

La «lista de país», propuesta por Artur Mas

La Ley D’Hondt marca una tendencia al bipartidismo, en su reparto por cocientes prima la unidad y castiga la división. En las anteriores elecciones catalanas, el separatismo presentó dos listas y los constitucionalistas 3; Catalunya Sí Que Es Pot en aquellos momentos se posicionaba contra el identitarismo -el 15 M había asediado al Parlament- aunque ha oscilado con claridad hacia el separatismo. Desde el PDeCat, el más interesado, pues el partido que sufre más deterioro, ya se están haciendo llamadas a ir en una lista única. Artur Mas, que ha demostrado ser el poder real y quien toma las decisiones, habla de una «lista de país«, lo que sugiere la inclusión de la CUP o, por lo menos, el intento de entrar decididamente en su electorado.

Oriol Junqueras. /Foto: elsaqueocatalan.com.

Santi Vila, el candidato de la oligarquía catalana

Santi Vila, el hombre de la oligarquía catalana, esa que ha pactado con Mariano Rajoy y lo ha engañado, tal y como deseaba, en el fondo, se perfila como el candidato a la presidencia de la Generalitat del PDeCat o de esa «lista de país», aunque el partido que tiene la sartén por el mango es Esquerra Republicana, quien, con toda seguridad, presentará a Oriol Junqueras, porque aunque encarcelado no está inhabilitado. Esquerra Republicana, a través de su secretaria general, Marta Rovira, se ha mostrado a favor de una candidatura unitaria que incluya a la CUP y a sectores de Podemos, como podría ser Albano Dante. No se descarta que en torno al Macron catalán, joven, de formas moderadas, liberal en lo económico y suficientemente separatista, pudiera montarse una operación por encima de los partidos, aunque tal tipo de estrategia cuadra más con una elección directa en circunscripción única, mientras el modelo español beneficia a las burocracias partidarias.

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Santi Vila, el día de su boda. /Foto: elmundo.es.

Santi Vila estuvo casado con el chef italobrasileño Rafael Vertamatti, con el que había tenido una relación de 10 años. Al año de la boda se separaron. Actualmente mantiene una relación con Javier Luque, que acudió a su salida de la cárcel de Estremera, y ambos viven en el gay Eixample, el barrio rosa de Barcelona.

Rajoy ha cometido todos los errores posibles

Lo que puede concluirse de antemano es que Mariano Rajoy ha cometido todos los errores posibles, hasta conseguir que las elecciones del 21 D van a tener un alto componente de plebiscito contra Rajoy. A nadie, en su sano juicio, se le ocurre convocar unas elecciones en plena efervescencia de la emotividad. La idea de que, de esa forma, se vuelve a la «normalidad democrática» es confundir los deseos con la realidad. Las encuestas dan una repetición de la situación y muy pocas o ninguna posibilidad de que haya un gobierno constitucionalista. Por de pronto, el PP es un partido casi marginal en Cataluña, donde tiene que lidiar con un proceso secesionista. El PP sería, según la media de todos los sondeos, el sexto partido, con el 6% de los votos. Esquerra sería el más votado con el 27%.

Ada Colau. /Foto: infolibre.es.

La propuesta de que los tres partidos llamados constitucionalistas -el PSC tiene ostentosos matices federalistas- estuvieron dispuestos a sumarse al que más votos saque beneficia a Ciudadanos, que, en esa media, subiría hasta el 18,4%. El PDeCat bajaría con estrépito hasta el 10,9%, de ahí también su interés por la «lista de país» o reedición del JxSí. Y la CUP bajaría hasta el 7,4% y perdería la llave de la gobernabilidad. En el caso, de que Esquerra y PDeCat no formalizarán coalición, Esquerra podría optar por un tripartito de izquierdas, con PSC y CSQEP, lo que se mueve en la línea de la conjura de Jaume Roures, que es el estratega de Podemos-Comunes, o oscilar más decididamente hacia el separatismo, con PDeCat, la CUP y el apoyo de los Comunes de Ada Colau.

Escenarios económicamente ruinosos

El inconveniente de todos estos escenarios es que, políticamente, son una prolongación del conflicto y económicamente son ruinosos, de forma que la Cataluña industrial pasaría a hundirse en el tercermundismo y ni el turismo aguantaría, como ya esta dando síntomas. Las empresas -ya cerca de las 2.000- seguirían saliendo y la inversión extranjera huiría. De ahí que la figura de Santi Vila, el Macron catalán, gane puntos en los cenáculos de Barcelona y sea claramente apoyada por La Vanguardia, mascarón de proa de la oligarquía.

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Mariano Rajoy. /Foto: microno.com.

De cara a las elecciones del 21 D, entre los bloques separatista y constitucionalista no hay trasvases de votos. La única frontera porosa es la existente entre la CUP y los Comunes, con cierta ventaja hacia esta última formación. Mariano Rajoy, en su infinita torpeza -debió actuar mucho antes y nunca financiar a la Generalitat con 72.000 millones de euros-, ha lanzado demasiados mensajes que favorecen la movilización de los separatistas. Se ha mostrado a favor de una reforma constitucional, de la que es adalid Pedro Sánchez, que conllevaría la independencia material de Cataluña, con la consideración de nación. Es decir, ha lanzado el mensaje suicida de que todo es cuestión de legalidad, y no de legitimidad, y que, por ende, la legalidad puede cambiarse. No sólo no ha cerrado la meta, sino que la ha situado al alcance de la mano, si bien el PSOE se encontraría, por esa senda, con la oposición cerrada del PSOE andaluz, con Susana Díaz, que pasa a ser un contrafuerte de la unidad de España y un valor sólido, y de los socialismos extremeño, castellano-manchego y aragonés, mientras el valenciano, de Ximo Puig, ha quedado infectado por Compromís, quintacolumnismo de los países catalanes.

Carles Puigdemont, durante su rueda de prensa en Bruselas.

El encarcelamiento de Oriol Junqueras y de los consellers destituidos produce un efecto movilizador en el bloque separatista, mientras sobre los constitucionalistas pesa la especie de que, en anteriores comicios se han movilizado menos y que ahora han salido a la calle y se han hecho visibles, pero la capacidad de resistencia y éxito aumentarían si se produjeran hechos improbables o imposibles como la presentación de una única lista o de una lista conjunta de Ciudadanos y el PP.

La intención de Carles Puigdemont de repetir como candidato -fue el quinto de la lista y lanzado al estrellato por Artur Mas– es uno de los pocos factores que pueden complicarle la vida al mundo separatista, pues es un personaje quemado, desacreditado por completo para la oligarquía catalana y un obstáculo para la «operación Macron«.