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Jordi Évole o la equidistancia suicida

Redacción




Jordi Évole. /Foto: vanitatis.elconfidencial.com.

Luis Bru. 

La Sexta, que es propiedad de Atremedia en un ejercicio de absoluto cinismo, es la cadena oficial de Podemos y ahora ha asumido como línea editorial la equidistancia. El ejemplo paradigmático es Jordi Évole, que empezó como «el follonero», pero que en realidad es un chico amable del sistema que no plantea ningún problema real, un buenista que practica la equidistancia suicida.

Évole se ha apuntado a las virtudes taumatúrgicas del diálogo. En España, cualquier político cuando no sabe qué decir o qué hacer recomienda y propone el diálogo y afirma que no se ha dialogado lo suficiente. Es la línea actual de Pedro Sánchez para quien «hay que dejar atrás la Ley del más fuerte y abrir la puerta al diálogo».

En nombre de esa equidistancia, Évole entrevista a Carles Puigdemont para hacer apología de la sedición y repetir lo que es una decisión unilateral de declarar la independencia, que es un delito de sedición y rebelión. El Gobierno no ha actuado con autoritarismo sino con manifiesta debilidad, que es lo que, al final, siempre provoca mayores males. En Cataluña, por supuesto, hay una fractura social, como ha indicado Joan Manuel Serrat, que lleva edificándose y practicándose cuarenta años, generando una red clientelar, que ha generado una falsa sociedad civil, acostumbrada a la impunidad.

El proceso de acción-reacción va a seguir por sus pasos objetivos, puesto que el Gobierno es incapaz de controlar la situación con fortaleza, que es la única forma de conseguir el control: Carles Puigdemont va a declarar la independencia, o desde el balcón de la Generalitat, o con votación del Parlament, lo considera su misión histórica. La CUP declarará la huelga general que será un fracaso. Tendrá que aplicarse el artículo 155 y detener a Carles Puigdemont.  España está desarmada por personajes insustanciales como Jordi Évole.