Diego Pappalardo. Director de Consultora Universum.
El sector conservador pro ratzingeriano se está acercando a la línea de Steve Bannon, el estratega personal de Trump, para hacer frente a la izquierda globalista financiada por George Soros y a la cual se adhiere Bergoglio en su versión «progresía católica«.
Bergoglio fue puesto en el cargo de «máxima autoridad vaticanista» por accionar de Soros y Obama, tal y como lo demuestra la documentación pertinente y objetiva.
La línea conservadora vaticanista ve con buenos ojos la visión particular de Bannon en su oposición a la ideología de género, el aborto y el multiculturalismo.
Si bien en este último punto Ratzinger no es un oponente total pero sí lo son algunos de sus prominentes seguidores.
De ahí la aproximación conservadora vaticanista a Bannon y su avanzada convergencia.
También hay que considerar el artículo reciente salido del cerebro de Bergoglio y firmado por sus seguidores en Civiltá Cattolica atacando a la línea Bannon y ciertos pasajes del mensaje personal de Ratzinger leído en el funeral de un cardenal conservador.
Simultáneamente a los abusos sexuales, confirmaciones y negaciones, complicidades y defecciones de la Fe Católica, se está llevando a cabo una intensa lucha dentro de la esfera vaticanista. Esta tensión, a su vez, está relacionada a la puja entre Soros y los no globalistas.