Luis Bru
Uno de los efectos colaterales de las primas socialistas es la “derrota” sin paliativos del Grupo Prisa, que se ha quedado anclado en el tiempo, y en los intereses, como vocero del felipismo y que queda fuera y enfrentado con el “nuevo PSOE” que propugna Pedro Sánchez.
Con 1.486 millones de euros de deuda en 2016, teniendo que afrontar en 2018 el segundo tramo de un préstamo sindicado lo que significará un desembolso de 956 millones, con la Editorial Santillana en venta y con parte importante del accionariado en posición levantisca, el otrora todopoderoso Grupo Prisa no solo tiene una crisis financiera sino de identidad. Anclado en el pasado, Juan Luis Cebrián ya no defiende ideas sino intereses.
Su campaña sistemática contra Pedro Sánchez ha caído en el histrionismo de la visceralidad y, lo que es pero, no ha sido seguida, no ha tenido el efecto buscado sino el contrario, ha sido contraproducente. Juan Luis Cebrián debería pensar en hacer las maletas.