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Esperanza Aguirre, la cazatalentos que ya está tardando en irse

Redacción




Esperanza Aguirre, de lágrima fácil. /Foto: elconfidencial.com.

Enrique de Diego
Esperanza Aguirre ha dicho cosas muy curiosas en sede judicial como que Alberto López Viejo no era de su confianza, pero que organizaba los mítines. Si una política es capaz de decir eso de quien ella misma ha nombrado como consejero (ministro) y a quien ha encargado las campañas electorales es que esa política es una completa incapaz.
También ha repetido eso de que ella fue quien denunció –eso sí, sin saberlo- la trama Gürtel, de la que ella es madre nutricia, pues esa trama es el PP de Madrid del que ella era presidente y una de las misiones era financiar ilegalmente al partido.
Es sencillamente increíble que Esperanza Aguirre siga en su pretensión de que ella no sabía nada y la engañaron, cuando era un clamor que tanto Francisco Granados como Ignacio González competían en la recaudación hasta el punto de espiarse y grabar a Ignacio González en Colombia. Esperanza Aguirre ha defendido a capa y espada a Ignacio González en el caso del ático de Estepona que es notoriamente un regalo de Enrique Cerezo al cambio de los contratos de sus películas por Telemadrid. Ha llegado incluso a negar la condición de paraíso fiscal de Delaware.
Era también un secreto a voces que el Canal de Isabel II era un lodazal de corrupción y el instrumento para primar a los periodistas y medios afines a Esperanza Aguirre.
No es cierto que ella se haya dedicado a que se gestionara bien el dinero del contribuyente. Bajo su mandato sus más directos colaboradores han robado a manos llenas. Resulta cómico que fuera contratada como cazatalentos por Seeliger and Conde, cuyo prestigio está recibiendo un golpe de muerte.
Esperanza Aguirre es una vergüenza nacional y la madre nutricia de todos los corruptos y hace muchos años que debía haber dimitido realmente y haberse ido a casa como el personaje patético en que ha devenido para oprobio de España.