AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


Trump debe volver a cordura: La relación con Rusia debe fortalecerse

Redacción




Donald Trump, por una América grande. /Foto: donaldjtrump.com.

Virginia Montes

El pueblo norteamericano votó a un Donald Trump que prometió mejorar las relaciones con Rusia y establecer, de hecho, una alianza para combatir al integrismo islámico. Esa es la vía correcta.

Volver a la guerra fría era la propuesta de Hillary Clinton y de sus oscuros apoyos como George Soros. Rusia no plantea actualmente una confrontación ideológica de dominio del mundo, no quiere acabar con el capitalismo en nombre de una ideología contradictoria, felizmente arrumbada, y que sigue causando estragos donde se pone en práctica, como Venezuela. Rusia es una democracia y una economía de mercado. Crimea no es una anexión, sino la recuperación de un territorio ruso con población rusa. Su apoyo a Siria y a Bashar Al Asad merece aplauso, pues ha evitado, por ejemplo, el completo genocidio de los cristianos. Se quiera ver o no, donde gobierna Bashar Al Asad los cristianos pueden seguir viviendo, donde gobiernan los terroristas, los cristianos han sido exterminados.

Estados Unidos ha ido cometiendo, desde la intervención en Irak, una torpeza tras otra, acumulando un error tras otro. El impulsivo Donald Trump no puede continuar esa carrera de errores, asumiendo los postulados de Israel y de Arabia Saudí. El conflicto entre suníes y chíies no es nuestro conflicto. No puede retornarse a las tesis neocon de la intervención permanente. Estados Unidos es el culpable del surgimiento del Estado Islámico. El uso de armas químicas debe ser investigado. Ya se han asumido demasiadas mentiras; se ha convertido toda una zona geoestratégica en un avispero por la mentira de la existencia de armas químicas, que luego no se confirmaron.

Rusia no es el enemigo. No se pueden estar lanzando tomawahk entre tortita y tortita de chocolate. No sirve ya la política de la cañonera, ni es de recibo la unilateralidad. Es conveniente para todos ir hacia un mundo en paz y seguro mediante alianzas serias. Donald Trump no tiene más que recordar lo que dijo y prometió en campaña y por lo que recibió el respaldo electoral. Convendría que fuera consciente de que le aplauden los que quieren destruirle.

El enemigo no es otro que el integrismo islámico y ese es un peligro ubicuo, que ha sido introducido dentro de las fronteras occidentales, en medio de irresponsabilidades sin cuento y manipulaciones abrumadoras. Y ese enemigo es fácil de vencer si se le identifica y si Rusia y Estados Unidos colaboran en la misma dirección evitando generar estados fallidos y terrenos de nadie en los que creció el califato cruel y deshumanizado.