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Carta de una madre con un hijo TLP a un juez cruel

Redacción




Juzgados de Elche. /Foto: funcionariosjusticiavalencianos.com.

Ángeles Mirón

Como vengo hace tiempo contándoles, tengo una gran amiga, muy cercana, que vive más de una década luchando con un hijo aquejado de TLP. Por si no saben el significado de tal acrónimo, se trata de un trastorno de la personalidad límite. Muchos de ustedes habrán oído hablar de ello, pero nadie si no tiene un familiar cercano con estos rasgos conoce el calado de la enfermedad.

Lo grave es que no lo sepa un juez de lo Penal ni tenga la menor intención de adentrarse en cuál es el problema y sus soluciones. El hijo de mi amiga fue condenado a una serie de meses a la prisión psiquiátrica de Fontcalent. Un tugurio que más valiera cerrarlo y desinfectarlo, y no por la gente que allí cumple condena, que buena parte son inmigrantes que les cuestan carísimo al Estado español, sino por los médicos, personal sanitario y funcionarial, sádico, que allí se encuentra. A pesar de todo, el hijo de mi amiga, y gracias a la Virgen, ha salido indemne, aunque hipermedicado. Ahora, pagando sus padres, se le ha llevado a un centro para desintoxicarse de tanta medicación y está siendo muy difícil, puesto que estos medicamentos crean unas adicciones y unos síndromes de abstinencia peores que los de cualquier droga. Él es un chico bueno, y con buenos sentimientos, de hecho, de pequeño, era el primero de la clase y un paradigma de buen comportamiento; a raíz de una vacuna para la tosferina, algo pasó en su cerebro, con una convulsión febril, que desató el TLP.

Sus padres, que son cultos y de buenas familias, recorrieron cientos de psiquiatras, cientos de neurólogos, pero hasta hace muy poco no se definió cuál era su diagnóstico, ya que en este país tercermundista el TLP se ha tratado con psicofármacos y se ha considerado una enfermedad mental, craso error, porque es un problema de control de las emociones que necesita trabajo, terapia ocupacional. La cárcel, en cualquier caso, es muy contraproducente, porque les provoca una gran frustración y acentúa sus tendencias suicidas.

José Luis Pascual Martín, Penal 1 de Elche, una vergüenza para la Justicia

El día que lo condenaron se dictó una ejecutoria en la cual se señalaba que debía ir a un “centro idóneo”. El inútil, vago e ineficiente juez de lo Penal nº 1 de Elche, José Luis Pascual Martín, una vergüenza para la Justicia, que debía ser un momento de gracia y se ha convertido en meses de desidia, ni buscó el centro idóneo ni nada que se le parezca; dejó pasar el tiempo, haciendo daño a un joven y saltándose por debajo de sus sucias posaderas el artículo 25 de la Constitución que obliga a orientar la acción de la Justicia hacia la reinserción social. Hay mucha más dignidad en Fontcalent Psiquiátrico, que es una cloaca, que en el Juzgado de lo Penal número 1 de Elche. Va a ser irremediable denunciarle al Consejo General del Poder Judicial, porque, como otros, ni estudia, ni se preocupa por saber qué es un TLP, ni cómo debe ser tratado, porque las personas no importan, solo ser sumisos y lacayos al poder.

En el transcurso de su juicio oral, se le dijo a la madre que se le estaba haciendo una sentencia a la carta y la esposa de Santiago Mira, uno de los más incapaces políticos que ha dado Elche y que ahora anda desorganizando esa basura que es Ciudadanos, tras haber cerrado varias empresas por su mala gestión, se permitió decir que en Foncalent su hijo iba a estar muy bien, a lo que ella repuso: “porque no es tu hijo”. “No, porque conocemos al director médico y ahora está muy bien aquello”. Y es un clamor que ese Juzgado se dedica a filtrar. Aunque, bueno, según fuentes muy solventes en los Juzgados de Elche hay jueces que espían a otros, creando un ambiente más propio de Chicago años 30.