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Esperanza Aguirre, madre nutricia de todos los corruptos y los dementes conspiranoicos

Redacción




Esperanza Aguirre, la financiadora de Losantos. /Foto; RTVE.es
Esperanza Aguirre, la financiadora de Losantos. /Foto; RTVE.es

Enrique de Diego

Esperanza Aguirre ha recibido un emotivo homenaje en el Congreso del PP y la lideresa que quiso ser presidenta del Gobierno a toda costa se echó a llorar. El hecho es verídico y hay testimonios gráficos. Algunos podrían pensar que Esperanza Aguirre ya había dimitido varias veces, con ruedas de prensa públicas, y que se había ido, pero no es así. De hecho, todavía la tenemos que soportar como portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid y eso motivará otra despedida emotiva.

La liberal funcionaria Esperanza Aguirre ha estado rodeada de corrupción, con su vicepresidente Francisco Granados en la cárcel e Ignacio González con un ático regalo de Enrique Cerezo, haciendo las campañas electorales con el dinero negro de las mordidas pero ella no se enteraba de nada porque es tonta perdida. Reconoce que tenía que haberse enterado, pero le iba mejor mirar para otro lado. Madre nutricia de todos los corruptos, a sus senos políticos se alimentaron las tramas Gürtel y Púnica. Es decir, que Esperanza Aguirre apesta a mierda por los cuatro costados, pero todavía no es capaz de irse a su casa de una vez por todas porque debe aburrirse, y porque ya la lanzó su marido a la política para que no le diera la plasta.

Esperanza Aguirre fue, por ejemplo, la que le dijo a Ángel Acebes que Federico Jiménez Losantos necesitaba pasta para su chiringuito, pero que pareciera que era una financiación espontánea de la sociedad civil. O a Juan Carlos que tratara a Losantos con más humanidad.

Quiso ser presidenta del Gobierno y para ello utilizó la masacre de Atocha en comandita con el hoy acabado Pedro J Ramírez y el presunto quebrado Jiménez Losantos, apoyando y financiando la conspiranoia. Hasta tal punto era la lideresa de los conspiranoicos, que se cargó a Germán Yanke como director y presentador del Diario de la Noche de Telemadrid, el único producto digno de esa televisión, porque no se plegó al gregarismo conspiranoico. En una entrevista mano a mano, Esperanza Aguirre –que gobernaba sobre una cloaca de la que no se enteraba- acusó al bueno de Germán Yanke -un hombre ilustrado, un gran profesional- de “comprar los argumentos de sus adversarios”. Sectarismo mostrenco en estado superlativo.

Tras la sentencia, la inefable Esperanza Aguirre declaró: “Tengo una confianza absoluta en la Justicia, pero en absoluto rechazo las líneas de investigación periodísticas”. ¿Cuáles exlideresa conspiranoica? ¿Cuándo alguien investigó qué? Y ¿por qué no te enteraste de tanta mierda como te rodeaba?

El ambiente de manipulación en que sumió Esperanza Aguirre, la liberal que nunca ha sido, la Margaret Thatcher de pega, lo refleja el tarjetón de Manuel Soriano, presidente entonces de Telemadrid, que acompañaba a la copia del vídeo de un reportaje –por llamarle de alguna forma- del proislamista alucinado Luis del Pino: “Te mando la primera parte del documental que daremos el jueves y el viernes en prime time. Pásaselo a la Presidenta. Creo que ha quedado bien cinematográficamente e ideológicamente”.

La madre nutricia de todos los corruptos y los conspiranoicos –licencias de TV, publicidad institucional a gogo, canal de Isabel II- la verdad es que debería irse de una vez, camino de Soto del Real por una buena temporada.