Editorial
Escenario de pesadilla: los conspiranoicos consiguen sus propósitos y Jamal Zougam es puesto en libertad y una multitud de “patriotas” se agolpan a las puertas de la cárcel de Villena para aclamarlo, dirigidos por Luis del Pino, Federico Jiménez Losantos y Pedro J. A este nivel de degradación intelectual y moral ha llegado el movimiento identitario español formado, a lo que se ve, por débiles mentales, fácilmente manipulables, que van en las redes sociales de luchadores antisistema, pero que no son más que alelados oyentes de Losantos que votan compulsivamente al PP.
Esta es una historia terrible, paradigma de la manipulación y el gregarismo, en la cual personas y grupos humanos adoptan una postura fuera de la realidad y de la evidencia, y en contradicción con todos y cada uno de sus aparentes principios. Gentes que se indignan ante tropelías de la casta como el camuflaje de los islamistas violentos detrás de meros desequilibrios mentales y que, sin embargo, en el caso de la mayor masacre islamista de Europa -193 muertos- niegan la autoría de los integristas (o aseveran que Al Qaeda no ha reivindicado el atentado cuando lo ha hecho más de una docena de veces), siguiendo los dictados de manipuladores y mentirosos profesionales –Pedro J, Losantos y Luis del Pino– y que durante tiempo fueron avalados, interesadamente, por el PP –Esperanza Aguirre, Ángel Acebes, Eduardo Zaplana…- en estas chuscas estupideces, solo asumibles por indigentes mentales.
La consecuencia es haber convertido el sector patriótico en un erial con los supuestos patriotas en el papel de objetivos traidores, de condesdonjulianes y donopas. Ha sido un gran servicio al PP haber llevado a los identitarios oficiales a la irracionalidad y al ridículo. Por enésima vez, por si alguno quiere desprogramarse, y para poner en evidencia la completa manipulación, vamos a ir publicando textos clarificadores sobre el 11 M de José Donís Catalá.
¿Qué se puede hacer con un sector identitario que, de manera global, cada 11 M se exhibe con los harapos de la más intensa idiocia? Nada. Hay que empezar de cero.