Enrique de Diego
Victoria Prego en calidad de lacaya superior de la casta tiene muchos trienios. Es la hagiógrafa de ese desastre nacional que fue la transición e incluso autocensuró declaraciones de Adolfo Suárez que consideraba nocivas para los intereses del sistema, como que no se convocó un referéndum sobre la monarquía porque lo perdían los borbones.
Victoria Prego ha lanzado una andanada contra Podemos indicando que hay periodistas, de los que cubren la información de ese partido, que se sienten intimidados. La Asociación de la Prensa de Madrid no ha dado datos, ni nombres, ni circunstancias. Una primera deducción es que el sistema se ha hartado ya de Podemos, que se ha tornado inservible y ha empezado la cacería. Ningún problema: Podemos ha presumido de estar sirviendo de tapón para que no surja en España un partido identitario fuerte.
Pero para que la acusación fuera razonable tendría que haber en España periodistas y libertad de expresión, y ambas premisas fallan, son falsas. En España, hace ya mucho tiempo que no hay periodistas, que brillan por su ausencia, que el terreno ha sido tomado por los lacayos, de los que Victoria Prego es su quintaesencia, su vestal. Los lacayos están a las órdenes de sus empresarios, salidos de las zonas más oscuras de la degradación actual y todos ellos con tratos directos y al servicio del poder político, mediante concesiones administrativas, publicidad institucional y grandes carteras de publicidad de las empresas del Ibex 35, con el acompañamiento de las Sicav. No queda ni brizna ni resquicio de libertad de expresión y quien trata de ejercitarla ese sí que puede sentirse intimidado; aunque hace tiempo que nadie tiene tamaña osadía u ocurrencia.
Así que Podemos no ha intimidado a ningún periodista, porque tal especie está extinguida. Puede ser que algunos lacayos se hayan sentido intimidados. Se aduce para ello algunos tuits, perfectamente legítimos y estrictos ejercicios de la libertad de expresión.
El PP no intimida. Simplemente, descuelga el teléfono y te ponen de patitas en la calle. Aunque de eso ya hace unos años. Ahora todo el mundo se sabe el manual y recibe en tiempo y hora el argumentario y lo repite como un papagayo y el personal es manipulado y tampoco parece que le importe mucho.
Victoria Prego no ha hecho en su vida ningún movimiento sin consultar y recibir el visto bueno. No tiene edad para cambiar sus costumbres lacayas. La genérica proclama ha de entenderse como que ha abierto la veda de Podemos. Lo dicho: la casta los creó y dio cancha.