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La violencia racial se extiende por los barrios de París y solo Marine Le Pen apoya a la Policía

Redacción




Vandaismo en Bobigny. /Foto: m-x.com.mx.
Vandaismo en Bobigny. /Foto: m-x.com.mx.

Virginia Montes

Bobigny es el barrio más conflictivo de París y la zona con mayores índices de delincuencia de toda Francia. Es un barrio multicultural, casi una zona “liberada”, en el que el 60% de la población lo componen negros y árabes. Bobigny lleva instalado en el vandalismo diez días. La violencia se está extendiendo a otros lugares como Argenteuil.

La excusa ha sido un incidente entre la Policía y un joven llamado Théo. Las versiones son diversas y hay una investigación en curso. Cuatro policías fueron necesarios para reducirle. En medio de toda la violencia, una porra elástica le produjo un desgarro anal. La familia ha denunciado ante la Justicia “humillación y agresión sexual”, algo que seguramente es falso, pero nadie ha esperado a las conclusiones de la investigación: el vandalismo se ha apoderado de París. De hecho, el 13% de los policías franceses son de raza negra, pero ello no es óbice para el discurso chantajista del racismo.

La violencia por el caso Théo se extiende a otras ciudades. Los 48 detenidos despiertan el temor a que los altercados de 2005 se repitan en campaña

Una marcha de apoyo a Théo en Bobigny acabó con 37 detenidos y esta pasada noche del domingo, nuevos incidentes se han registrado en Argenteuil, al oeste de París, con 11 detenidos, ocho de ellos menores de edad durante los choques con las fuerzas del orden.

Resulta inevitable que Francia no recuerde estos días los disturbios de 2005, cuando dos adolescentes, Zyed Benna y Bouna Traoré, murieron electrocutados mientras se escondían de la policía en Clichy-sous-Bois. Durante aquel año, la presión contra los jóvenes de la banlieue, en un intento por frenar los enfrentamientos de bandas y el tráfico de drogas, se había intensificado bajo las órdenes del por entonces ministro del Interior Nicolas Sarkozy. Después de la tragedia, la violencia se extendió a varias de estas ciudades lo que llevó al gobierno a implantar el Estado de Emergencia durante varias semanas.

Doce años después, el problema de las «cités» está lejos de haber desaparecido y, al contrario, ha estallado en plena campaña electoral sembrando aún más polémica en los distintos campos políticos.

El sábado, unas 2000 personas participaban en la manifestación de Bobigny organizada por dos jóvenes estudiantes de historia en apoyo a Théo y como rechazo a los excesos de la Policía en estos barrios. Para ellos, era importante demostrar que se podía protestar de forma pacífica contra la violencia policial: «Demostrémosle que somos inteligentes, que no somos salvajes y que sabemos aguantar», reclamaba Isaa Bidard, una de las organizadoras, que acabó lamentando la degeneración de la marcha. Una hora y media después del inicio, un grupo de jóvenes abrió una batalla campal contra las fuerzas del orden.

Para François Fillon la responsabilidad de la violencia que estalló en Bobigny recae sobre el ministerio del interior por haber autorizado una marcha «con riesgos de violencia evidentes». El centrista Emmanuel Macron expresaba en un tuit que «nada», ni la causa de Justicia para Théo, justifica la violencia, mientras que Marine Le Pen atacaba directamente al «laxismo» de los políticos contra la violencia. «Las fuerzas del orden tomadas de nuevo como rehenes, silencio culpable del gobierno #Yoapoyoalapolicía», escribía en Twitter.