Enrique de Diego
La Justicia es lenta y puede llegar a más: desidiosa. Es el caso de la que practica el juez José Luis Pascual Martín, del Juzgado de lo Penal número 1, de Elche, quien ante numerosos informes profesionales y el acuerdo de la Junta de Foncalent Psiquiátrico de trasladar a una persona, en atención al artículo 25.2 de la Constitución, a un centro idóneo para tratamiento por su Trastorno Límite de Personalidad deja pasar toda la ejecutoria sin tomar la más mínima medida, dejando simplemente pasar el tiempo, pues, como burócrata, haga lo que haga, cobra a fin de mes.
La indicación en sentencia de buscar un “centro idóneo” choca con la falta de recursos en España para el tratamiento del Trastorno Límite de Personalidad (TLP), que exige terapia ocupacional y tratamiento psicológico de control de las emociones, cuestiones que no puede ofrecer ni ofrece el Psiquiátrico de Foncalent ni el de Sevilla, los dos únicos en España. En toda la Comunidad Valenciana, sólo hay un centro que afirma estar especializado en TLP, el Centro PREVI de Valencia.
El juez José Luis Pascual Martín se pasa por el arco del triunfo el artículo 25.2 que sitúa la prevención de libertad en relación con la reeducación y rehabilitación, y también se pasa por el mismo arco los pareceres profesionales. Como cobra a fin de mes, parece darle lo mismo lo que les pase a las personas.
El juez José Luis Pascual puede, lógicamente, ser un ignorante en la materia, pero ha tenido tiempo y oportunidad de salir de esa ignorancia, por lo que ha de entenderse que es un vago y, por ende, un mal juez. Desde su ignorancia, ha desatendido el criterio profesional establecido por el Doctor José Vicente Baeza, director de Psiquiatría del Hospital de Elche, para que la persona afectada por TLP sea ingresado en el Centro PREVI, en su clínica de Valencia, con lo que el juez puede haber usted asumido graves responsabilidades. Que ese es centro idóneo especializado en Tratamiento Límite de Personalidad. Que la Junta Interdisciplinar del Hospital Psiquiátrico Foncalent acordó la conveniencia del traslado a PREVI, cuestión que a usted le ha importado una higa.
Que lo más contraproducente para el Trastorno Límite de Personalidad es el castigo excesivo, pues los enfermos de esa dolencia funcionan por motivación y no por castigo, como establece toda la doctrina psiquiátrica.
Por el desidioso e ignorante juez, la persona en cuestión está sufriendo una diarrea aguda desde hace tres meses, que precisarían su traslado urgente al Centro PREVI. Entre otras cosas, porque se le está dando una medicación inadecuada al no haber personal especializado en TLP.
A tenor de todos estos datos, el juez José Luis Pascual Martín parece ser, según diversas fuentes coincidentes, una vergüenza para España y para la Administración de Justicia de la que debería ser expulsado. Vienen tiempos en que el puesto funcionarial será abolido y su sueldo recortado. Corresponde exigirle daños y perjuicios.