Luis Bru
Los precios se disparan: hasta el 3% en enero. Principales culpables: luz y carburantes. Máximo culpable: el Gobierno que parasita fiscalmente de esos servicios imprescindibles. Consecuencia: un impuestazo sobre las rentas más pobres y especialmente sobre los pensionistas, a los que solo se les ha subido el 0,25%, con lo que, de hecho, están bajando y mucho las pensiones.
La inflación arranca el año en el 3%, su mayor tasa desde octubre de 2012 y casi el doble del 1,6% de diciembre. Así lo certifica el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ha presentado los datos adelantados. Combustibles y electricidad explican la subida. El IPC acumula cinco meses consecutivos de subidas, después de cerrar el pasado año en el 1,6%.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, afirma que el IPC de enero “es un nivel elevado”. “No es un dato positivo”, reafirmó. En cualquier caso, cree que es una subida temporal, confiando en que dure unos meses.
La subida del precio de los combustibles explica el incremento de los precios. El pacto de la OPEP ha llevado los precios del petróleo a cotas más elevadas, repercutiendo en el bolsillo de los consumidores tanto en carburantes como en otros productos, que suben por el encarecimiento de los costes.
Asimismo, este mes de enero ha estado marcado por el incremento en los precios de la luz, que han repercutido sobre los consumidores con facturas acogidas al sistema PVPC, cuya tarificación recoge la variación diaria de los precios del mercado mayorista, que cerró el mes en máximos de nueve años.