Miguel Sempere
Albert Rivera está obsesionado con traer refugiados musulmanes a España. Es el único que insistió en la cuestión en los debates de investidura. Acaba de volver a insistir. ¿Por qué? Esa postura aparece fuera de contexto de todo el resto de posiciones del partido, aunque hablar de criterio y convicciones en Ciudadanos es un ejercicio de voluntarismo. Es obvio que cuando Albert Rivera pactó con Libertas y era su marca en España no hubiera estado a favor de esa posición multicultural, sino que defendía una Europa y una España de raíces cristianas, con especial énfasis en el derecho a la vida; una sociedad, por tanto, homogénea al estilo de lo que propugnan en Hungría y Polonia.
No es que Albert Rivera haya cambiado de postura es que ha dado más vueltas que una peonza. Ha pasado de una posición identitaria como la de Libertas, al centroizquierda, que ahora abandona, para recalar en un indefinido centro.
Ahora ya hay pruebas fehacientes de que esa posición a favor de los refugiados es la doctrina Soros y que está financiada generosamente por el magnate norteamericano y también lo es del Club de Bilderberg, al que fue invitado en 2016 aunque delegara en Luis Garicano. Es obvio que Albert Rivera coincide con el criterio de esos poderes oscuros de una manera obsesiva.
Ya hay pruebas de que el globalismo de Podemos es una sumisión financiera a Soros que pasa por la Open Society y por la AECID. Rivera, creación del Ibex 35 como “Podemos de derechas”, se mueve en la misma órbita en el terreno de las ideas. ¿Qué identidad de España defiende? ¿Hay dinero para las pensiones como para pagar la estancia a foráneos?