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Podemos no es ni será nunca transversal

Redacción




Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, enfrentados. /Foto: ramblalibre.com.
Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, enfrentados. /Foto: ramblalibre.com.

Enrique de Diego

En propiedad, Podemos nunca ha sido transversal pero lo pareció. Eso explica que en las elecciones del 20 D de 2015 obtuviera 5.189.333 votos, en solitario, sin la coalición con IU (923.115) y, sin embargo, el 26 J de 2016, ya como Unidos Podemos, se quedara en 5.049.734.

Iñigo Errejón sería partidario de poder a aquel Podemos del 20 D que canalizó el malestar ciudadano no sólo de votantes de izquierdas, mientras Pablo Iglesias, en clara apuesta por el cesarismo y el centralismo democrático, seguiría con su estrategia de liderar la izquierda: tras absorber a IU, debilitar al PSOE.

Podemos, que nunca fue transversal, que siempre fue esa izquierda de asamblea universitaria y Lavapiés, sectaria, anticristiana y antiespañola, ya nunca puede volver a parecerlo. Lo que concitó votos no de izquierdas en Podemos fue el castigo a la corrupción del PP y la esperanza de que no quedara impune desalojando a Mariano Rajoy. Eso hubiera abocado al PP a una crisis sin precedentes, de identidad, muy mermadas sus posiciones en ayuntamientos y autonomías. Pero Pablo Iglesias decidió apuntalar a Rajoy y apuntillar a Pedro Sánchez. Además, Podemos no ha hecho nada contra la corrupción. No ha habido un solo caso que haya sido destapado por es formación, ni una alfombra ha sido levantada.

La táctica de Errejón es nostalgia sin recorrido. La misma amalgama de partidos, la inexistencia del más mínimo sentido patriótico, que lleva a defender la ruptura de España mediante el voto a decidir, ancla a Podemos en una extrema izquierda destructiva. La única opción de crecer para Podemos es debilitar al PSOE y suplantarlo.

Pero, al tiempo, eso entraña un drama: Podemos es ahora más que nunca un seguro y una coartada para el PP, al que le viene bien señalar a los “radicales”. Pablo Iglesias sigue apuntalando al PP y a Rajoy.

Todo ello, sin dejar de constatar la pelea encarnizada por los puestos –destitución de José Manuel López como portavoz en la Asamblea de Madrid- y el tono de culebrón que el debate tiene entre examigos y examantes. La nueva pareja en el serrallo de Iglesias, Irene Montero ha declarado que Errejón no puede estar enfrente de Iglesias sino al lado. Se trata de argumentos más propios de una pandilla de amigos, que ha empezado a cuartearse, que de una formación política. Podemos empieza a ser una decepción y un fracaso.