Virginia Montes
Por fin, un dirigente occidental habla claro y está dispuesto a tomar decisiones para mantener la seguridad de sus conciudadanos. Donald Trump no va a cambiar su promesa electoral de cerrar las fronteras de Estados Unidos a los musulmanes, especialmente provenientes de naciones con alto índice de terrorismo e integrismo. En los debates electorales dijo que «estamos trayendo sirios y ni siquiera sabemos quiénes son». También indicò anteriormente que con él en la Casa Blanca nunca hubieran entrado los autores del atentado de las Torres Gemelas.
El ya oficialmente presidente electo valoró ante los medios de comunicación que el ataque terrorista islamista con un camión a un mercado navideña es «un ataque contra la humanidad«, también indicó que el autor «debe ser detenido». Ante las insistentes preguntas de los periodistas, Donald Trump indicó que el tiempo no hace otra cosa que darle la razón. «Ustedes conocen mis planes. Todo el tiempo se ha demostrado que he tenido la razón al cien por ciento«, dijo Trump. «Lo que está ocurriendo es deplorable».
Un vocero de su equipo de transición dijo más tarde el miércoles que los planes de Trump «podrían contrariar a aquellos que tienen la cabeza sumida en la arena de lo políticamente correcto. El presidente electo Trump ha sido claro en que suspenderemos la admisión de aquellos que provengan de países con altos índices de terrorismo y en que se aplicará un procedimiento de revisión estricto a quienes busquen ingresar, para proteger las vidas de estadounidenses«, agregó el portavoz Jason Miller.
Trump estaba pasando los últimos días de 2016 reunido con asesores en su suntuosa residencia en el sur de Florida. El miércoles se reunió además con los directores de Boeing y Lockheed Martin, compañías con contratos cuantiosos con el gobierno a las que Trump ha criticado. Boeing tiene un contrato para construir dos nuevos aviones Air Force One, mientras que Lockheed Martin construye jets de combate F-35.
Trump, quien habló brevemente con reporteros afuera de la finca Mar-a-Lago, dijo respecto a su reunión con Marillyn Hewson, directora general de Lockheed Martin, «fue algo así como un baile; estamos tratando de bajar costos».