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Las polémicas del cine español: Trueba, un director sobrevalorado

Redacción




Fernando Trueba con Penélope Cruz. /Foto: diarionoroeste.com.
Fernando Trueba con Penélope Cruz. /Foto: diarionoroeste.com.

 

Fernando Alonso Barahona. Escritor. Crítico de cine.

El cine español continúa cultivando las polémicas que tanto le perjudican . Primero fueron las ceremonias de los Goya con su permanente tentación de politizaciones indebidas, después las declaraciones agresivas de Fernando Trueba en 2015 avergonzándose de ser español a la vez que recogía un premio en España. Tal vez pudiera admitirse su sentido sarcástico – aunque desafortunado – pero viendo lo que hacen otros cuando los comentarios incorrectos se realizan sobre el establishment cultural el presunto boicot a La reina de España , su ultima película no parece demasiado grave. Cuando alguien osa desafiar los parámetros culturales establecidos suele ser ejecutado en los medios de comunicación y poco menos que se pretende su muerte civil o su descenso a las catacumbas .

La Reina de España. /F oto: nosolocine.com.
La Reina de España. /F oto: nosolocine.com.

Cuando un progre –más o menos– bromea con creencias e ideas diferentes se le suele disculpar. Al fin y al cabo, en el caso de Trueba los consumidores lo único que han recomendado es no asistir a las salas donde se proyecta La reina de España. Tal vez fuera preciso matizar que Trueba es un director bastante sobrevalorado cuya admiración por el gran Billy Wilder no se ha transformado en demasiadas buenas películas. Trueba y sus películas (Opera prima, La niña de tus ojos, El sueño del mono loco , Belle époque, El embrujo de Shangai….) está muy lejos de de Wilder, McCarey, Capra, Lubitsch, Berlanga…y por supuesto de Cecil B. de Mille –buen amigo de Wilder por cierto– y a quien el autor de La reina de España también disfrutó atacando hace años no se sabe por qué razones.

Tampoco la película recién estrenada es excesivamente interesante y uno no acaba de comprender el personaje de ese director de cine veterano y un tanto ausente que tiene la apariencia de John Ford. Un humor, sin duda, discutible el de Trueba en una película mediocre que con polémica o sin polémica hubiera pasado desapercibida (tan solo se salva el reparto y sobre todo el siempre excelente Santiago Segura).

Cualquier entidad que exponga sus trabajos al público, sea mayoritario o minoritario no tendría la ocurrencia de ofender a buena parte de ese destinatario, y menos cuando el producto se plantea con gran presupuesto y un lanzamiento potencialmente muy elevado.

Lo mismo sucede con la nueva versión del clásico de Antonio Roman Los últimos de Filipinas ( 1945 ). La nueva película dirigida por Salvador Calvo ya ha contado con declaraciones de su protagonista Luis Tosar –buen actor– en las que reniega del concepto de Patria.

No es que no pueda hacerlo o decirlo, es que dicho en el lanzamiento de una película sobre este asunto parece una muestra de prepotenci , como si se quisiera afirmar la ideología del artista sobre los sentimientos de la gente. Fue una lástima que el guión que preparara sobre aquel drama de España el escritor Juan Manuel de Prada no fuera finalmente llevado al cine por José Luis Garci tal y como estaba planeado. Prada publicó después en forma de novela la impresionante novela Morir bajo tu cielo, un mosaico del heroísmo de un grupo de españoles abandonados por sus gobernantes y que supieron mantener la dignidad y el valor hasta su ultima fuerza. Aunque pocos se lo fueran a reconocer .

http://www.ritmos21.com/12207/la-fascinante-premodernidad-de-juan-manuel-de-prada.html

Veremos el resultado de esta nueva versión que a priori resulta interesante y que viene firmada por un director joven como Salvador Calvo , procedente de la TV ( sus créditos incluyen la miniserie sobre Mario Conde , Lo que escondían sus ojos o La duquesa ) y amante del cine de acción.

Las polémicas sobre el cine español tuvieron ilustre precedente con las Conversaciones de Salamanca en 1955. Pese al buen momento de la industria y el favor del público, un puñado importante de cineastas decidieron que todo estaba en crisis y precisaba nuevos rumbos .

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En 1955 se celebraron bajo el auspicio del cineclub del SEU (Sindicato Español Universitario ) y bajo la dirección de Basilio Martín Patino las llamadas Conversaciones de Salamanca. Entre el 14 y el 19 de mayo de 1955 cineastas como José Luis Saénz de Heredia, Juan Antonio Bardem , Luis García Berlanga, Antonio del Amo, Fernando Fernán Gómez y teóricos como José María García Escudero, Pérez Lozano, Muñoz Suay, Juan Cobos, Paulino Garagorri, Arroita Jáuregui , Lázaro Carreter, Fernando Vizcaíno Casas debatieron de forma abierta y crítica sobre el cine español del momento .

El cine Club se había fundado en la ciudad de Salamanca en 1953 por Patino y Joaquín Prada. En 1954 pusieron en marcha el I Curso de universitarios de cine. Posteriormente y fruto de su colaboración con la revista de izquierdas Objetivo, creada por Muñoz Suay y Bardem se logró poner en marcha el encuentro de Salamanca de 1955 que pretendía ser una especie de Congreso Internacional de Intelectuales del cine .

Las conclusiones – redactadas por Juan Antonio Bardem – se hicieron famosas .

El cine español era – a juicio de los participantes – :

POLITICAMENTE INEFICAZ

SOCIALMENTE FALSO

INTELECTUALMENTE INFIMO

ESTETICAMENTE NULO

INDUSTRIALMENTE RAQUITICO

Después se añadirían una serie de recomendaciones de índole práctica: un modelo basado en el neorrealismo, mayor protección al cine y apoyo a los productores y cineastas nuevos para renovar la industria .

¿Sería posible hoy, a la altura de 2016 , celebrar unas Conversaciones de alto nivel sobre el cine español con presencia y participación de intelectuales de derecha e izquierda , profesionales consolidados e independientes y elaborar – después – unas conclusiones sobre la situación del cine español contemporáneo?

La pregunta queda en el aire y la respuesta es indefinible. Lo paradójico del caso es que uno de los participantes de Salamanca, el gran Luis G. Berlanga, declararía años después de las Conversaciones :

Las Conversaciones de Salamanca han sido el gran error histórico del cine español “.

Y , ciertamente , en 1955, en los años anteriores, y en los posteriores, se vivía una cierta edad de oro del cine español , un cine de “gran arraigo popular» ( en expresión de Santiago Pozo) , una industria que producía 68 películas anuales en 1954, 75 en 1958 hasta alcanzar las 112 del año 1963 . En cuanto a los resultados artísticos baste recordar que por aquellos años y los siguientes filmaban Berlanga (Bienvenido Mr Marshall, Plácido, El verdugo ), Rafael Gil (Camarote de lujo, La guerra de Dios ), J.L.Saenz de Heredia (Los ojos dejan huella ), Ladislao Vajda (El cebo, Marcelino Pan y vino, Mi tio Jacinto ), Edgar Neville (El baile ), Juan de Orduña (Zalacain el aventurero, El último cuplé), J.A. Nieves Conde (Los peces rojos, El inquilino ), Iquino (El Judas), Ana Mariscal (Segundo López), Manuel Mur Oti (Cielo negro ), Pedro Lazaga (Cuerda de presos ), César Ardavín (El lazarillo de Tormes ), Rovira Beleta (Hay un camino a la derecha), Fernando Palacios (La gran familia ), Rafael García Serrano (Los ojos perdidos ), o el propio Bardem con las notables Calle mayor, muerte de un ciclista, Nunca pasa nada.

Un análisis desprejuiciado de las conclusiones de Bardem podrían llevarnos a un curioso viaje en el tiempo . ¿Acaso la mayor parte de ellas no podrían aplicarse –con las debidas excepciones– al escenario del cine español de los últimos años’

El cine español ha perdido en su mayoría la magia de la conexión del público, hasta el punto de que las películas españolas que triunfan suelen tener una factura visual internacional. Las estrellas son discutidas y, por lo general, carecen de glamour.  La descripción de la sociedad en nuestro cine es limitada, los grandes problemas sociales -paro, terrorismo, corrupción, casta política, desarraigo, pérdida de valores- apenas aparecen en las películas y tan sólo pueden encontrarse en producciones independientes y minoritarias .

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El nivel intelectual no podría calificarse de muy elevado sin faltar a la verdad , en cuanto a la estética predomina habitualmente lo convencional y monótono. La industria – en fin – no es que sea raquítica, es que apenas existe y sólo sobrevive – subvenciones aparte – con el apoyo de las grandes cadenas de Tv y grupos mediáticos. Todo esto provoca una producción monocorde, políticamente correcta y que casi nunca se atreve a poner en cuestión los fundamentos del sistema.

¿Políticamente ineficaz? ¿Desde cuándo el cine ha de tener una orientación política? La respuesta es clara, en la cosmovisión cultural marxista (abiertamente totalitaria), el cine y las artes debían tener un compromiso político evidente, que no era otro que el propio marxismo que habría de transformar la sociedad. Evidentemente, los grandes directores de la historia del cine se han alejado no poco de este avieso compromiso político. El cine sirve a las reglas del arte y no tiene porqué ser políticamente eficaz, aparte de que la eficacia dependerá de la postura política de cada cual.

Luis García Berlanga. /Foto: ABC.es.
Luis García Berlanga. /Foto: ABC.es.

¿Socialmente falso? De nuevo hay que recordar que el cine es un arte y que no tiene porqué ser necesariamente social ya que siempre es una imagen de la vida humana. En el cine español de la época encontramos títulos que expresan a la perfección situaciones difíciles (Hay un camino a la derecha, 1953, de Rovira Beleta, La Calle sin sol, 1948, y Camarote de lujo, 1958 de Rafael Gil, Mi Tío Jacinto, 1956, de Ladislao Vajda, El último caballo, 1950 de Edgar Neville, “La herida luminosa «, 1956 de Tullio Demichelli , El mundo sigue, 1965, de Fernando Fernán Gómez, Surcos, de J.A. Nieves Conde y desde luego los grandes títulos de Bardem y Berlanga antes reseñados . El verdugo, obra maestra, a la cabeza. Todos estos films son críticos y guardan desenlaces irónicos o pesimistas sobre la sociedad del momento .

¿Intelectualmente ínfimo? ¿Qué se entiende por intelectual? , ¿acaso la absurda teoría, hoy enterrada, que colocaba a un lado los films de arte y ensayo (tan intelectuales) y a otro el cine de género (es decir, los gloriosos westerns, comedias, terror, aventuras, ciencia ficción…)

 

¿Estéticamente nulo? Acaso se refiere a Berlanga, Vajda, Gil , Fernán Gómez, Mur Oti , o Forqué en sus mejores películas. ¿O a Historias de la radio de Saénz de Heredia?

¿Industrialmente raquítico? Desde luego el poderío de la industria siempre ha brillado por su ausencia en todas las épocas del cine español, pero precisamente a partir de 1954- 1955 , y como ha recordado con acierto Berlanga, una tímida pero creciente industria estaba consolidándose en el panorama español, ayudada por la popularidad más que notable de muchas de las películas y actores del momento.

El espíritu de las Conversaciones de Salamanca, paradójicamente, sería ensayado desde la Administración, cuando en los años sesenta, Jose María García Escudero accedió a la Dirección General de Cine. El resultado fue el llamado “Nuevo Cine español “, de resultados efímeros y desiguales .

El cine español ha naufragado demasiadas veces en la polémica, la politización o la mediocridad. Y, sin embargo, es preciso amar el cine y redescubrir lo mejor de ese cine en el pasado y tener aún confianza en el futuro. El renacimiento pasa ineludiblemente por el arte y la cultura de la que el cine forma una parte fundamental.