Luis Bru
De los 46.600.949 personas que actualmente (Instituto Nacional de Estadística, 1/1/2015) residen en España, 5.891.208 son extranjeros. Desde el 1/1/13 al 1/1/15 el número de extranjeros ha disminuido en algo más de un millón (1.017.394). Pero este dato se debe tanto a retornos como a nacionalizaciones, que pueden elevarse a un millón en la última década.
Quienes regresan son sudamericanos, mayoritariamente. En los cinco últimos años, el descenso de población sudamericana ha sido constante. El 51 % de los extranjeros con residencia en España son varones y el 49% hembras. El 16 % son menores de 16 años. El 78 % se encuentran entre 16 y 65 y el 6% tienen más de 65. Se trata, pues, de una población joven, con alta demanda de servicios públicos educativos de alto coste para el contribuyente.
Desde 1996 hasta 2009 el incremento de llegada de inmigrantes es continuo, con tasas anuales superiores al 10%. Entre 2009 y 2012 su número permanece constante. Desde 2013 el número de extranjeros decrece con tasas negativas próximas al 10%, aunque pueden deberse en gran medida a nacionalizaciones.
Los incrementos máximos se alcanzaron en el 2000, 2001 y 2002 con valores del 48%, 44% y 35% respectivamente. Es decir, entre el 2000 y 2001, en sólo dos años, se duplicó el número de extranjeros en España.
En el ránking de inmigración, destacan Rumania (671.919), Marruecos (604.401), Reino Unido (261.979), Ecuador (163.706), Colombia 152.556), China (155.618).
De los más de 4,7 millones de extranjeros residentes, 436.066 han nacido en nuestro país. Los países con un porcentaje más elevado de nacidos en España son Marruecos (con un 18 %), China (16 %), Argelia (16 %) y Nigeria (19 %). Los países con valores más pequeños de este parámetro son Colombia (2 %), Perú (2 %), Argentina (2 %) y Paraguay (2%).
Entre los alemanes e ingleses predominan los jubilados. Las curvas de Alemania y del Reino Unido son muy distintas a las de los otros países y presentan sus valores máximos en los tramos de edad de 55 a 74 años.
Entre los inmigrantes marroquíes hay un elevado número de niños, sobre todo en el grupo de menores de 4 años. Esto también ocurre con los extranjeros africanos y en menor medida con los rumanos. En cambio, no sucede con los sudamericanos.
Las curvas de Rumanía, Marruecos, Colombia y Ecuador tienen su máximo en las edades de 30 a 34 años.
Resaltar que en los últimos dos años solo el número de argentinos y chinos continúa creciendo al mismo ritmo. 30.000 al año los rumanos y 10.000 los chinos. ¿Como se explica que, con el paro que existe en España, cada año sigan llegando 30.000 rumanos? En general, el número de sudamericanos ha disminuido de forma continuada en los últimos cinco años.
Por tanto:
1.- La inmigración en España no está relacionada con el mercado de trabajo, puesto que el paro ha estado siempre por encima del 20%. Parece haber una mayor relación con el mercado de trabajo en los sudamericanos. No, desde luego, en los rumanos, nación con un 7,15% de paro.
2.- Se trata, en buena medida, de una inmigración subvencionada, como lo demuestra el hecho de que España paga cien mil pensiones no contributivas a extranjeros.
3.- Es un proceso de islamización promovido por los poderes públicos, por cuanto las poblaciones demográficamente expansivas son la marroquí, la argelina y la nigeriana; las dos primeras totalmente musulmanes, y la tercera, en buena parte.