AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


El 15 M y Podemos, operaciones de la casta para frenar a la Plataforma de las Clases Medias

Redacción




Concentración de la PCM en Colón, 14 de febrero de 2013. /Foto: ramblalibre.com.
Concentración de la PCM en Colón, 14 de febrero de 2013. /Foto: ramblalibre.com.
Manifestación de la PCM ante la sede de UGT. /Foto: ramblalibre.com.
Manifestación de la PCM ante la sede de UGT. /Foto: ramblalibre.com.

Enrique de Diego

Los comentarios en Rambla Libre son de sumo y creciente interés. Muestran la ilustración de los lectores y aportan ideas sugerentes. Uno de ellos dice lo siguiente: “Ahora ya con tiempo para analizar cronológicamente todos los acontecimientos, el 15 M fue una respuesta a Ud. D. Enrique y la P C M , de una manera u otra el sistema se las ingenió para crear una plataforma crítica, decidieron bautizarla como movimiento aunque copiasen toda la terminología regeneracionista y la parte del discurso que les interesó, ya que de cerrar chiringos y demás mamandurrias nada de nada. Está claro que había que frenarle”.

Este análisis certero es plenamente acertado. Se corresponde con todas mis experiencias personales y está avalado por todos los datos que se van conociendo. En efecto, el 15 M es un proceso acción-reacción para frenar a la Plataforma de las Clases Medias, y específicamente a mí (lo que se convirtió, como iré contando, en una obsesión del sistema).

 

La primera premisa es que la Plataforma de las Clases Medias es la única iniciativa personal y social en España que planteaba desmontar los privilegios de la casta y que incluso establecía en sus Estatutos la renuncia a cualquier subvención: no era comprable.

El sistema, la casta se sintió amenazado de una manera histérica, con reacciones muy superiores al estímulo que era la Plataforma. Empecé por dignidad, desde un programa de radio a una hora marginal, convocando una concentración contra el rescate a la banca con dinero del contribuyente, a la que asistieron dos mil personas. Y el 14 de febrero de 2013, denunciando la corrupción y el despilfarro, acudieron más de 25.000 personas a Colón. Eso se hizo sin dinero, con muy pequeñas intervenciones mías en programas de Intereconomía.

A esa concentración, acudieron todas las televisiones que me hicieron entrevistas, pero no emitieron nada. Tampoco Intereconomía que vetó el reportaje que la misma cadena había hecho. Nos cortaron completamente la comunicación. Sin comunicación el mensaje no llega, no hay forma de coordinarse.

A pesar de ello, es para mí muy gratificante comprobar, tras tantos años de ostracismo, el crédito moral que mantengo entre mis compatriotas y el cariño que me demuestran.

Con todo el silencio mediático, y ya arrinconado en Intereconomía, conseguí poner en marcha el partido Regeneración –el nombre es importante- que se presentó a las elecciones al Ayuntamiento de Madrid, y con mil euros de presupuesto, obtuvimos 4.100 votos. Más que Ciudadanos, por ejemplo. Esa era ya una base para tener cuotas y base. La histeria de la casta fue épica.

Habíamos tomado la calle, habíamos difundido un conjunto de ideas subversivas y habíamos mostrado el descontento ciudadano. Había que intentar pararnos: nos apagaron los focos y lanzaron el 15 M. Esta no es una historia cerrada. La lucha continúa y el final aún no está escrito.