Enrique de Diego
Estamos gobernados por auténticos dementes, sin principios, sin criterios, que se dejan llevar por ataques de histeria moral, jaleados por unos medios de comunicación llevados por indigentes mentales, gilipollas de la corrección política, ignorantes ilustrados, analfabetos funcionales, sicarios a sueldo, alcohólicos y drogadictos que dan clases de moral cuando son amorales y trincones y tienen la lengua llena de mierda de lamer el culo a los políticos.
Estamos gobernador por locos. Hemos visto a Mariano Rajoy haciendo de gallego chistoso de un partido que rebosa mierda por todos los costados. Pero hay locos peligrosos como Ángela Merkel, una esquizofrénica, que hizo un efecto llamada y ha dejado entrar a Alemania un millón de musulmanes, parte de los cuales se dedican a meter mano a las alemanas y algunos a matarlos. Esta idiota, que ahora pasea su oronda figura por Europa con los nervios de punta, gritaba como una adolescente: “¡Lo lograremos!”, “¡lo vamos a lograr!”. ¿Qué iba a lograr esta pedorra sin lecturas? ¿El Premio Nobel de la Paz a cambio de destruir Alemania y Europa?
¿Qué dice ahora este cencerra? “No todos pueden quedarse”. A su lado, Matteo Renzi, “no se le puede dar la bienvenida a todo el mundo”, porque “tenemos que trabajar en la repatriación de quienes no tienen derecho”.
Por cosas así, querían expulsar a Hungría de la UE y llamaban xenófobos a los que mostraban sentido común y eran partidarios de defender las fronteras.
A dirigentes desquiciados como Ángela Merkel hay que ponerles una camisa de fuerza.