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Turquía ataca a Daesh para frenar la creación del Kurdistán

Redacción




Ejército turco en Siria. /Foto: hispantv.com.
Ejército turco en Siria. /Foto: hispantv.com.

Virginia Montes

El califato tiene los días contados. Liberada Al Qayara, el cerco sobre Mosul se estrecha. A Daesh sólo le quedaría Raqqa, en Siria. Los movimientos empiezan a estar relacionados con la geoestrategia posterior. Ya no se habla de derrocar a Bashar Al Assad. La intervención rusa ha sido, en ese sentido, decisiva y ha movido otras piezas, como una mayor efectividad de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, cuyos mejores aliados a pie de tierra son los peshmergas kurdos.

¡Kurdos! Ese nombre pone en guardia a Turquía e histérico a Erdogan. La gran cuestión tras el final del califato es si surgirá o no una nación étnica kurda: el Kurdistán, con la región autónoma de Irak, zonas en el mapa pertenecientes a Siria y colindando con Turquía, con una minoría kurda altamente significativa, que, por ejemplo, tiene una representación parlamentaria superior al 10%.

Recientemente, los kurdos, en cuyas filas combate una Brigada de aguerridas mujeres, liberaron Manjib, cortando la vía de comunicación del Daesh con Turquía, por donde llegaban refuerzos, pertrechos y hacia donde iba petróleo. El siguiente objetivo peshmerga era Jarabulus, una de las últimas que los seguidores del califato controlan.

Turquía se ha adelantado. El miércoles lanzó su mayor campaña militar invadiendo Siria, como ha indicado el gobierno legítimo de esa nación. Erdogan ataca al Daesh para frenar a los kurdos. Tanques, aviones y fuerzas de operaciones especiales cruzaron la frontera para atacar Jarubulus. Un movimiento apoyado por Estados Unidos, que mejora así las relaciones con Erdogan, deterioradas tras el golpe de Estado y las acusaciones del presidente turco, que pasan, además, por la petición del clérigo Fethullah Gulen al que, como es notorio, Erdogan culpa de todos sus males, con fervor paranoico, sin aportar una sola prueba.

Las autoridades turcas, incluido el primer ministro Mevlut Cavusoglu, han advertido que su país podría acabar chocando con los kurdos sirios, aliados de Estados Unidos. Para disipar las preocupaciones de Turquía, los estadounidenses advirtieron a los kurdos que no avanzaran en Jarabulus, y dijeron que no apoyarían una ofensiva con su fuerza aérea contra la ciudad. Ha sido, pues, el ejército turco el que ha tomado la ciudad, con aliados turcomanos sirios, a los que antes se denominaba rebeldes.

Dáesh tiene que ser erradicado de nuestras fronteras y tenemos que hacer lo que sea necesario para lograrlo”, dijo Cavusoglu durante una rueda de prensa el martes en Ankara.

Los turcos han expresado preocupación por la creciente influencia que ejercen los kurdos sirios, con apoyo de Estados Unidos, a lo largo de la frontera así como por los vínculos que sostienen con los rebeldes kurdos en Turquía. Para el gobierno turco se trata de una amenaza a la seguridad nacional.