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El error de Pablo Iglesias

Redacción




 

Pablo Iglesias con Antonio García Ferreras. /Foto: 20minutos.es
Pablo Iglesias con Antonio García Ferreras. /Foto: 20minutos.es

Enrique de Diego

Pablo Iglesias tenía que haber votado a favor de Pedro Sánchez en la investidura para echar a Mariano Rajoy y depurar responsabilidades por la corrupción. Incluso siendo un voto gratuito, sin pacto, hubiera tenido un efecto balsámico y gratificador para sus militantes y votantes, para su dignidad.

Pablo Iglesias, que ha hecho la proeza de cuartear al sistema, de poner nerviosa a la casta como nadie lo había hecho antes de él, empezó, como si estuviera en un juego, autoproponiéndose como vicepresidente. Luego cedió en esa materia, y también en el nivel de gasto previsto y en plantear la eliminación de la reforma laboral de Rajoy, dejando la de Zapatero. Pero ni el plan de renta garantizada era nada al lado del objetivo de echar a Rajoy, que era el mínimo común denominador de la transversalidad de todos los votantes de Podemos, vejados por los recortes, mientras la casta cruel ha nadado y nada en la abundancia, por la brutalidad policial dirigida por Cristina Cifuentes, por la ley mordaza; por las estafas en las cajas, por los desahucios bancarios, mientras quienes han saqueado las cajas siguen en la calle y los contribuyentes han sido aún más saqueados para tapar los agujeros del latrocinio.

Pablo Iglesias, fascinado por su propia lucidez, perdió esa oportunidad histórica, emborrachado por el sorpasso y cayendo en la trampa izquierda-derecha de Ciudadanos. Recientemente, Begoña Villacís se ufanaba de que “gracias a Ciudadanos no hay un vicepresidente llamado Pablo Iglesias”.

Ahora están, y viene aún más, el todos contra Podemos. Ya han quitado a Pablo Iglesias de la Universidad. Vendrán los cortocircuitos mediáticos; las groseras manipulaciones; la exacerbación de las divisiones; la elevación de cualquier anécdota a categoría; los alejamientos de los aliados y las traiciones de los amigos. La política en España no es un juego, es un negocio, muy lucrativo. Y nada es lo que parece. Y todo el mundo da por seguro que el PNV entrará al juego y que Ciudadanos tragará e irá encantado al Gobierno.

Nosotros no vamos a participar en la cacería de Podemos que se ha iniciado, porque en Podemos ha catalizado los restos de dignidad de una España atribulada y aborregada, al tiempo. No coincidimos ni en la filosofía ni en las soluciones, pero se va a necesitar una oposición fuerte con capacidad para denunciar los enjuagues porque dudo mucho que vaya a haber una Comisión de Investigación sobre la financiación irregular del PP o que no sea otra cosa que una farsa y un paripé. Y no considero fiable al PSOE, que lleva décadas en el juego. Así que Podemos tiene una función muy importante que cumplir: ser la voz implacable de la dignidad de los españoles contra la corrupción y la farsa de la casta.