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Polonia: Primera nación de la UE con gobierno de extremaderecha

Redacción




Miguel Sempere

La oleada de ‘refugiados’ es una invasión en toda regla –cinco mil llegan cada día a Alemania- que pone en peligro la supervivencia de Europa tal y como la conocemos, con su narrativa de siglos. Algunos no están dispuestos a perder su identidad en un océano islamista, encima pagado por el contribuyente y, con frecuencia, alentado por entidades católicas, como Cáritas, sin tener en cuenta la persecución sangrienta que los cristianos experimentan en las naciones de mayoría musulmana.

Algunos no están dispuestos a este holocausto demográfico colectivo. Los húngaros, por supuesto, cuyo presidente, Viktor Orban es toda una referencia de sensatez. Tampoco los polacos. Polonia es la primera nación en la que accedió al poder, y con mayoría absoluta, un partido de los que el sistema denomina de extremaderecha. Y que, en la mayoría de los casos, son partidos patrióticos que defienden la identidad nacional con sensatez, frente a los dictados destructivos de la mediocre burocracia de Bruselas –esa que cobra sus elevados sueldos libres de impuestos- y frente a la absurda islamización rampante y expansiva.

La nueva presidenta de Polonia,

Beata Szydlo, pertenece al partido Justicia y Ley, ganador con el 39% de los votos

y gobernante con mayoría absoluta merced a los 242 diputados obtenidos. Justicia y Ley es un partido intensamente católico y fuertemente euroescéptico. Con buenos datos económicos de su gestión, Plataforma Cívica, el partido desbancado del poder, perdió las elecciones cuando se plegó a los dictados de Bruselas y aceptó una cuota de 7.000 refugiados musulmanes. Polonia había hecho causa común con Hungría, pero varió de parecer en el último momento, plegándose a la presión.

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Los polacos quieren seguir siendo una sociedad homogénea

Los polacos no son favorables al multiculturalismo; quieren seguir siendo una sociedad homogénea. Así que Plataforma Cívica, una formación liberalconservadora, bajó al 23% y a 133 diputados. Después, el partido antisistema del exrockero Pawe Kukiz (9%), los libertarianos de Nowoczema (7,1) y el Partido Campesino (5,2). Todos los partidos de izquierdas se coaligaron para concentrar el voto, pero la izquierda se queda fuera del Parlamento, al haber obtenido sólo el 6,6% de los votos, cuando el listón para coaliciones está en el 8%. Así que, en términos geométricos, en Polonia a la ‘derecha’ la han votado el 75% de los electores.

Se conforma cada vez con más claridad un frente de naciones del Este, enfrentadas o en contrapeso a Bruselas. Polonia es, en ese sentido, palabra mayor. Es la sexta economía y su peso en la estructura europea, a la que se incorporó en 2004, no es menor. O acabamos con la Unión Europea –con su burocracia degradante y políticamente estúpida- o ella acaba con nosotros, con Europa.