AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños

Victoria pírrica del petimetre Emmanuel Macron, presidente sin partido

Redacción




Emmanuel Macron, el centro líquido. /Foto: clarín.com.

Enrique de Diego

Emmanuel Macron no es el presidente que necesita Francia en estos momentos, en unas elecciones celebradas en “estado de emergencia”. Su resultado provisional, el 65,8% es el vaticinado desde hace tiempo, y no representa una victoria arrolladora, toda vez que a su favor se ha movilizado todo el sistema, los partidos socialistas y los republicanos, todos los medios de comunicación, la gran mezquita de París, líderes judíos y protestantes, los sindicatos, etc.

Los resultados electorales dejan claro que Macron es el presidente de las élites, de los cuadros, mientras pierde entre los obreros. Ha ganado, eso sí, en todas las franjas de edad, pero ha vencido con un movimiento difuso más que con un partido y con la sospecha de que contara con políticos profesionales que han buscado en él una tabla de salvación.

Nada está decidido para las legislativas donde Macron tendrá que asegurarse apoyos parlamentarios suficientes. Percibo esta victoria, cantada, como pírrica. Macron no ha convencido a nadie más, desde que el sistema optara por él en una burda operación de imagen líquida.

No se construye el futuro con frases vaporosas de “optimismo”, “esperanza” y “confianza”. Un Macron serio ha afirmado ser consciente de la “ira, ansiedad y dudas” que anidan en la sociedad francesa. “Voy a defender a Francia. Voy a defender a Europa”. Pero esos términos, aquí y ahora, son antitéticos, son la cuadratura del círculo.

Macron es un apaciguador respecto a los integristas y a los islamistas radicales. Es un antipatriota que ha ofendido a su nación en Argelia, situándola como protagonista de un crimen contra la Humanidad en la colonización, cuando Argelia era un mercado de trata de esclavos cristianos.

El sistema solo ha podido encontrar a un petimetre, a imagen y semejanza de Hollande, a un mequetrefe globalista y proinmigración, que está dispuesto a demoler los cimientos de Francia. Si en las legislativas no encuentra la base necesaria, será equivalente a Pirro, cuyas victorias eran peor que la mayor derrota. Y será breve.

Ninguna referencia al terrorismo islamista

En su primer discurso como presidente electo, no ha hecho ninguna referencia al terrorismo, salvo una genérica a la seguridad, ninguna a la islamización. Se ha situado en el papel de «proteger la República«, ¿de quién? ¿de los islamistas, que son el auténtico peligro? Macron ha agradecido a sus seguidores su fervor y ha pedido que continúen para conseguir una «mayoría de cambio». A los que le han votado sin tener sus ideas, les ha agradecido su confianza. Y, despectivo respecto a los votantes de Marine Le Pen, ha dicho que dedicará los cinco próximos años a que no tengan motivo para votar a los extremismos. Poco más que mera retórica buenista.

 

NO TE LO PIERDAS:   Sigues sin aprender Feijoó