AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños

Nadie ve el fútbol lésbico

Redacción




El fútbol femenino en España vive un momento paradójico. A pesar de los logros deportivos, como el Mundial ganado por la selección en 2023 o los éxitos del FC Barcelona en la Champions League, la Liga F, la máxima competición femenina del país, lucha por captar la atención del público en los estadios y en las retransmisiones. Con asistencias promedio que apenas superan los 1.500 espectadores por partido y audiencias televisivas que palidecen frente a otras competiciones, el fútbol femenino español enfrenta una crisis de interés que pone en cuestión su sostenibilidad y desarrollo. Este artículo analiza las razones detrás de esta baja afluencia, las críticas al modelo actual y los desafíos pendientes para que el fútbol femenino alcance el impacto que sus protagonistas merecen.

Asistencias irrisorias: estadios vacíos en la Liga F

La temporada 2023/2024 de la Liga F cerró con un total de 370.000 espectadores en los 240 partidos disputados, lo que equivale a una media de 1.559 personas por encuentro. Aunque esto representa un aumento del 13% respecto a la temporada anterior, la cifra sigue siendo ínfima comparada con otras ligas europeas, como la Women’s Super League inglesa, que promedió 7.377 espectadores por partido en el mismo período. Incluso en partidos de alto perfil, como el Clásico entre FC Barcelona y Real Madrid, que atrajo a 38.707 aficionados en el Estadio Olímpico Lluís Companys, la asistencia no alcanzó ni la mitad de la capacidad del recinto.

Equipos como el FC Barcelona lideran las estadísticas con una media de 6.968 espectadores por partido como local, pero otros clubes, como Villarreal (667), Sevilla (582) o Madrid CFF (464), apenas logran llenar unas pocas filas de sus modestos campos. Muchos encuentros se disputan en ciudades deportivas o estadios pequeños, alejados de los centros urbanos, lo que dificulta el acceso de los aficionados. Por ejemplo, el Atlético de Madrid-Athletic Club de la temporada 2023/2024, uno de los partidos más destacados, reunió solo a 1.232 personas, ocupando el 45% de la capacidad del Centro Deportivo Cívitas Alcalá de Henares.

NO TE LO PIERDAS:   Ya no se puede ceder más ante el separatismo

Esta baja asistencia no es un fenómeno nuevo. En la temporada 2019/2020, la media de la entonces Primera Iberdrola era de apenas 700 espectadores por partido, con solo Barça, Atlético y Deportivo superando el millar. A pesar de los esfuerzos por profesionalizar la liga, la realidad sigue siendo que los estadios presentan gradas vacías, incluso en encuentros con entradas asequibles (entre 5 y 20 euros) o gratuitas para socios, como ocurrió en el Athletic Club, donde ni la mitad de los socios acudió a un partido gratuito.

Audiencia televisiva: un eco en el vacío

La audiencia televisiva de la Liga F, aunque ha crecido, sigue siendo marginal. En la temporada 2023/2024, la competición acumuló 3,5 millones de espectadores en televisión, un 24% más que el año anterior, según DAZN, la plataforma que retransmite todos los partidos. Sin embargo, esta cifra se diluye al considerar que incluye la totalidad de la temporada y que los encuentros más vistos, como el Madrid CFF-FC Barcelona o el Valencia-Real Madrid, apenas superan picos de audiencia de 285.000 a 474.000 espectadores. En comparación, un partido de LaLiga masculina de media tabla puede atraer fácilmente a varios millones de espectadores en una sola emisión.

Un caso paradigmático fue el Clásico femenino de 2024 entre Barcelona y Real Madrid, que, a pesar de contar con 11 campeonas del mundo, tuvo una audiencia de solo 370.000 espectadores en La 2, con un share del 3,5%, quedando por detrás de documentales en la misma franja horaria. La gratuidad de la Champions League femenina en plataformas como DAZN refleja la dificultad para monetizar el producto, ya que el seguimiento de pago es “muy bajo”. Este panorama contrasta con el entusiasmo mediático tras eventos como el Mundial, que no se traduce en un seguimiento sostenido de la liga doméstica.

NO TE LO PIERDAS:   Vladimir Zelenko: "No soy antivacunas, soy antiestupidez"

Críticas al fútbol femenino: ¿falta de interés o fallo estructural?

El escaso interés del público en la Liga F ha generado críticas tanto al fútbol femenino como a su gestión. Algunos sectores argumentan que el producto no es atractivo, señalando que el nivel técnico, la intensidad y el espectáculo son inferiores al fútbol masculino, lo que disuade a los aficionados de invertir tiempo y dinero. Esta percepción, aunque simplista, se ve reforzada por comentarios en redes sociales que cuestionan la viabilidad económica del fútbol femenino, calificándolo como “deficitario” y afirmando que “ni regalando entradas se llenan los estadios”.

Sin embargo, culpar únicamente al público ignora fallos estructurales. La Liga F sufre de una promoción deficiente, con horarios poco accesibles (muchos partidos se juegan entre semana o simultáneamente) y una visibilidad limitada en medios tradicionales. La decisión de disputar partidos en campos pequeños o alejados, en lugar de abrir grandes estadios regularmente, refuerza la imagen de un producto secundario. Por ejemplo, la final de la Copa de la Reina de 2025, celebrada en un estadio de solo 9.000 plazas frente a las 25.000 del año anterior, fue duramente criticada por limitar la asistencia y dificultar el acceso en transporte público.

Además, la “sobreprotección” del fútbol femenino, como señala El Debate, perjudica su crecimiento. La falta de crítica constructiva a errores arbitrales, jugadas polémicas o problemas internos (como la supuesta mala relación entre Alexia Putellas y Aitana Bonmatí) evita generar debates que podrían fomentar el interés y la afición, como ocurre en el fútbol masculino. Esta actitud, combinada con una narrativa que exagera los logros (como calificar de “histórica” una asistencia modesta), crea una desconexión con los aficionados, que perciben un discurso poco realista.