Enrique de Diego.
En esta guerra planetaria entre el bien y el mal, ninguna batalla es pequeña y hay que darlas todas y desenmascarar a los villanos y ensalzar a los héroes. La que ha tenido lugar en Cádiz, y aún se libra, no es, ciertamente, menor. Por un lado está la heroína Katy Balber, organizadora de la chirigota «Abre los ojos», con sus compañeros de comparsa y por otra el villano servil Rafael Burgal, alias el Vulgar, plumilla del Diario de Cádiz, con gremialistas de los medios desacreditados de defecación..
Todo comienza cuando el 31 de octubre de 2024. Catalina Balber tiene la audacia de apuntar a la chirigota «Abre los ojos» para el concurso tradicional que organiza, en Cádiz, el COAC. Un ámbito de libertad sin restricciones, pero donde la política se mueve entre bambalinas. Antes, Katy Balber, en sus muy seguidas redes sociales en Telegram, ha abierto un banderín de enganche: son 8 miembros, la mayoría canta muy bien, y quieren ser «la primera chirigota que canta la verdad sobre la plandemia en el Falla» y añade «vamos a contar lo que está pasando, ya que las agrupaciones tradicionales no tienen cojones de hacerlo, porque les prima su interés por ser contratado».
Katy Balber es una activista nata, que no se arredra ante nada, que está harta de estar el subsuelo, de que pisoteen, y maten, a los ciudadanos, a sus compatriotas, a sus seres queridos, y ha dado muestras fehacientes con su participación corajuda en los plenos del Ayuntamiento de Cádiz utilizando el tiempo para interpelar al alcalde y el equipo de gobierno sobre los auténticos temas de actualidad. Así en Cádiz les cantó las verdades del barquero sobre las «repentinits», la plaga de muerte súbitas que asolan a la población por infartos fulminantes; en el Ayuntamiento de Chiclana, sobre los perjuicios de las antenas del 5G; y en el Ayuntamiento de Burgos, su segunda patria, sobre la geoingeniería con que se nos bombardea un día sí y otro también y se enguarrinan los cielos con estelas químicas, con metales pesados que destruyen las nubes y causan sequía y enfermedades respiratorias.
Con este bagaje de luchadora tenaz, piensa aprovechar la retransmisión televisiva del Concurso que tiene lugar en el Gran Teatro Falla a través de Onda Cádiz TV. Una escena que recuerda los cantos del Cádiz heroico y resistente de la guerra de la independencia: «Con las bombas que tiran los fanfarrones, se hacen las gaditanas tirabuzones».
El pútrido sistema globalista usa cuatro medidas contra los disidentes: 1) Conjura de silencio; 2) ridiculización; 3) criminalización (judicial, agencia tributaria…); 4) eliminación física: George Hayder en Austria, Pym Fortuyz, en Holanda y los intentos de asesinato de Jair Bolsonaro, Brasil, y Donald Trump. Ha evitado, Katy Balber, y superado la conjura de silencio, se va a intentar poner en práctica la ridiculización con dosis de conjura silencio: abucheos para que la voz de la chirigota llegue distorsionada y no se pueda escuchar.
El instrumento para ello es un plumilla del Diario de Cádiz -un medio que es puro sistema, escoria globalista, que vive de las subvenciones- Rafael Burgal, quien el 4 de noviembre de 2024, sólo 4 días después de inscribirse, da la voz de alarma, publica, con su firma, un artículo escandaloso, con crujir de vestiduras rasgadas, titulado: «Una chirigota negacionista y antivacunas se inscribe en el COAC 2025» y añade: «su nombre es Abre los ojos y pretende llevar este tipo de mensajes conspiranoicos a las tablas del Gran Teatro Falla».
En propiedad, no debía causar este pánico de débiles, pues el concurso de chirigotas se pretende crítico y socarrón. De hecho, Rafael Burgal ha de hacer equilibrios funambulescos entre el carácter satírico y onírico del certamen de chirigotas y su alma de censor tortuoso y mezquino. En su artículo, va a entrar en constante contradicción, dando un golpe de muerte al sentido libre de la inspiración de las chirigotas. Veamos. El concurso de chirigotas ha de servir «para expresarnos libremente cada mes de febrero», establecida la premisa, pasa a dar un golpe de muerte con herrumbrosa navaja cabritera, pero no tan libremente: «la libertad de expresión también cuenta con rendijas por las que se pueden colar mensajes que pueden ser muy peligrosos para la sociedad en general». ¿Quién le ha designado a Rafael Burgar como detentador de la moral pública gaditana, de lo que no deben escuchar los gaditanos? Parece mentira que un llamado periodista sea un vulgar manipulador y caiga en estas abiertas contradicciones: o se está favor de la libertad de expresión o contra ella, no hay término medio.
Rafael Burgal se despeña por la senda de la inanidad como un torpe inquisidor y recurre a los burdos tópicos del sistema, al que sirve: estamos ante un «coladero de bulos», ante una sórdida colección de «fake news», utilizando los gastados estigmas del globalismo, para el que la verdad lisa y llana es bulo. De hecho, a Burgal se le va la mano y desciende al dato de que Katy Balber es señora influyente con mucho seguimiento en sus cuentas ¡de Telegram!.
Y ¿cuáles son esos peligrosos bulos que los castos oídos de los gaditanos no deben oír y por qué? Son los «supuestos problemas que han generado las vacunas contra el COVID»; y, a la tràgala, el latiguillo de la propaganda: «cuando estas consiguieron acabar con la pandemia y salvar millones de vidas». Este Vulgar no se entera de nada. No sabe que Anthony Fauci le ha tenido que dar Biden un «indulta preventivo», que Robert F Kennedy ha sido nombrado Secretario de Salud de los Estados Unidos, y Kennedy opina exactamente igual que Katy Balber, que las maldita timo vacunas han sido prohibidas en dieciséis Estados de la Unión, que Trump las ha prohibido en los colegios y que USA ha abandonado la OMS, igual que Javier Milei, pero claro Trump y Milei son, para Burgal, alias el Vulgar, de extrema derecha, abrumadoramente los Estados Unidos son de extrema derecha y han decidido votar a Trump. ¡Venga ya!
«Con las bombas que tiran los fanfarrones, se hacen las gaditanas tirabuzones». Porque no paran hay los «bulos» que los castos y púdicos oídos de los gaditanos no deben escuchar. La chirigota «Abre los ojos» y Katy Balber seguramente pretenden cantar al lucero del alba sobre «los chemtrails, geoingenería climática, el envenenamiento de los cielos, la Agenda 2030 o la negación del cambio climático», cuestiones que, en efecto, si «Abres los ojos» puedes contemplar los cielos pintarrajeados por aviones empeñados en provocar sequías y que lanzan peligrosos metales pesados y tóxicos que provocan enfermedades respiratorias. La nueva Administración Trump, que para Burgal, es de extrema derecha y no tiene ninguna credibilidad, ya ha prohibido tal siembra de veneno aéreo, de fumigaciones como ratas.
Al igual que el tan repetido como mendaz cabio climático, cuando en el hemisferio norte hay récord de nieve, pero que se insiste tanto para hacer el negocio con las renovables, Blackrock, aunque a Burgal ni le suene, su auténtico amo.
Pero el alma tortuosa de inquisidor del pequeño Bulgar, está inquieta y desasosegada, no consigue conciliar el sueño, como garante de la moral pública, de lo que deben saber y lo que no los gaditanos, no sea caso que se abismen en los malos pensamientos… Recurrirá a la ridiculización para que nadie ose hacer caso a su odiada Katy Balber, quien se le aparece en sueños como las ninfa, cuando tenía 19 años. ¡Entrará en escena él! Porque «se aleja de lo que son realmente el COAC y la fiesta gaditana», aunque éste «siempre ha sido abierto, y así debe seguir siéndolo porque entonces se abriría un camino peligrosísimo, al menos es necesario que el público cuenta con las herramientas para afrontar este tipo de repertorios». ¡Eureka! Él será, travestido, el público, con los desacreditados plumillas de los medios de defecación. Toda una horda de travestidos.
Y allí, en las preliminares, sale la heroica chirigota «Abre los ojos», con sus bellos atavíos, que les han costado 5.000 euros, ante los harapos vulgares con que se revisten Burgal y sus reventadores, como las clás que montaba Víctor Hugo, dispuestos a que no se oigan esos terribles y horrendos mensajes, no sea que los gaditanos y gaditanas abran, por fin, los ojos.
Cae la noche en la quietud gaditana, y Rafael Burgal, en su infinita condición mediocre, no tiene más que motivos de agradecimiento a «todos los medios de comunicación por su enorme profesionalidad, por su defensa y por saber lidiar con una situación tan complicada». No ha sido espontáneo el abucheo, ha sido programado por todos los «periodistas», que le han secundado: «creo que tengo que hacer algo esta noche». Nunca se había abismado el «periodismo» en el lodazal de podredumbre. Descansa en paz Rafael Burgal, alias el Vulgar.
Mientras, Katy Balber ha roto gloriosamente la conjura de silencio y el mensaje de «Abre los ojos» corre por las calles y plazas de España, y desborda el Gran Teatro Falla. «Con las bombas que tiran los fanfarrones, se hacen las gaditanas tirabuzones». La lucha continúa contra los inquisidores del mal con ausencia de todo bien. Continuará.