Enrique de Diego.
Con gran alegría, seguro que compartida, he recibido la noticia de que Robert F Kennedy, el purasangre por excelencia, el guerrero batallador contra las corporaciones farmacéuticos, ha sido elegido Secretario de Salud de los Estados Unidos, después de haber superado por 52 a 48 la votación en el Senado.
Ha sido enconada la batalla y ha tenido momentos de gloria como cuando desarmaba a Bernie Sanders, y a los políticos corruptos, que se han vendido a las farmacéuticas asesinas o cuando la senadora demócrata entraba en pánico diciendo que Robert F Kennedy iba a hacer entrar en quiebra a las farmacéuticas. Terrible horizonte, pero Dios es misericordioso.
Robert F Kennedy es el principal acierto de Donald Trump y es un nombramiento que Robert F Kennedy se ha ganado a pulso como un hábil y tenaz estratega.
Después de toda una vida peleando contra el monstruo farmacológico mercantilista, se enfrentó gallardo al asqueroso genocidio durante la plandemia. Recuerdo con cuanta emocióm dije en twitter la felicidad que me producía contar con un Kennedy en nuestras filas y el recuerdo emocionado del famoso mitin en Milán.
Es un hombre de hierro, con misión, con ciencia, con buena ciencia que va liberar a Estados Unidos y a la Humanidad entera de la terrible dictadura satanaria.
Pero he destacado sus virtudes egregias de estratega: primero, teniendo la valentía de dar un paso al frente presentándose para la Casa Blanca en las primarias demócratas, luego, afeando la ausencia de democracia interna, postulándose como candidato independiente a la presidencia, con la ardua tarea de conseguir las firmas en cada estado para estar en las boletas, más tarde su pacto con Donald Trump, pasándose con armas y bagajes, uniendo fuerzas. A pesar de la retirada, obtuvo más de 600.000 votos.
Todos estamos de enhorabuena. Va a acabar con la corrupción de los medios de control que sirven a las farmacéuticas. Va a salvar a los niños de las 72 timo vacunas con las que les agujerean el cerebro en formación y les produce autismo y otras enfermedades crónicas neurológicas. Y va a exigir responsabilidades por el genocidio.
Ha ganado, con Robert F Kennedy la ciencia y la Humanidad. Ha perdido el tarado genocida Bill Gates, Albert Bourla, el capo sanguinario de Pfizer, y César Carballo, que va como un pollo sin cabeza.