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Carta del Editor: El hdgp Bergoglio la emprende contra el santo varón Juan Luis Cipriani

Redacción




Enrique de Diego.

El hijo de la gran puta Jorge Mario Bergoglio ha vuelto a hacer una marranada, no de la magnitud proteica del «acto de amor», pues la ha emprendido contra el santo varón Juan Luis Cipriani, cardenal, ex arzobispoo de Lima, numerario del Opus Dei; de probadas virtudes y de sólida doctrina.

Resulta que el diario gobalista El País, o Lo País, como le llamo Bukele en memorable ocasión, se inventa ignota agresión sexuak ¡en 1983!. En actitud coordinada, el Vaticano -quien ha sido descrito por Mel Gibson, el director de «La Pasión», como una «cueva de pedófilos». que está haciendo una Iglesia paralela, la iglesia nauseabunda de satán- sale con nota de prensa dando credibilidad al infundio, y sube a la red Carlos Castillo Mattasoglio y remata la faena pidinedo oraciones por la ignota, y presuntamente inexistente vistima.

Castillo, que es una ladila del cojón del anticristo, tuvo que ser corregido por el bueno de Cipriani, cuando era profesor del seminario, por sus posturas hérticas. Y precisamente por esas mismas herejías el gran impostor, ese pozo de mierda descreído que es Bergoglio, le ha nombrado arzobispo de Lima. O sea, que ha puesto a la zorra a cuidar de las gallina.

Castillo es otro hombre sin fe. En homilía dijo la siguiente mamarrachada: «Y Jesús no muere haciendo un sacrificio de un holocausto. Jesús muere como un laico asesinado, que Él decide no responder con venganza  que acepta la cruz para darnos signo de vida». Este berzas no ha visto o no se ha enterado de «La Pasión» de Mel Gibson.

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O sea, éste imbécil, este esputo de satán, niega ni más ni menos la Redención del género humano y que Cristo murió por nuestro pecados. «Y muere como un laico que da esperanza a la humanidad, muere como un ser humano, como todos ustedes que están aquí presentes, también nosotros, porque nosotros no podemos ser sacerdotes sin primero ser laicos bautizados». En este trabalenguas infernal, niega la Divinidad de Cristo. su Sacerdocio eterno y la Redención del género humano.

Pues este mastuerzo la emprende contra Cipriani, de recta conducta moral y sabia doctrina. Y lo que es peor, le hace eco ese engendro de la Conferencia Episcopal de Perú -las Conferencias Episcopales nunca debieron existir, no tienen apoyatura evangélica, diluyen la responsabilidad del obispo- pega las últimas cuchilladas al cuerpoo trémulo de Cipriani, que entre todos le quieren hacer santo. Digamos que la acusación es puro humo, vana calumnia sin fudamento.

«En ambos casos, mi reacción ha sido de sorpresa y dolor por la injusticia con la que dan por ciertos unos hechos no probados sobre mi persona», ha escrito Cipriani al presidente de la CEP. El cardenal del Opus Dei ha reiterado en este nuevo escrito su inocencia: «no he cometido ningún delito ni he abusado sexualmente de nadie ni en 1983, ni antes, ni después».  El cardenal Cipriani ha insistido en que aceptó «unas medidas preventivas ante la acusación recibida hasta que se aclarara la verdad, a pesar de que tengan su origen en una acusación falsa, de la que no me he podido defender».

El arzobispo emérito de Lima ha reiterado que «en todos estos años he actuado siempre en comunión con el Santo Padre con quien, además de la obediencia que le tributo, me une el conocimiento personal y el afecto desde hace muchos años».

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Por último, Cipriani confirma que su «amor fiel a la Iglesia permanece inalterable». «Además, como consuelo y aliento, me queda el cariño de la mayoría de mis hermanos en la fe, que con tanta fuerza me lo han demostrado en estos días, y de miles de compatriotas que, ni los unos ni los otros, se han dejado confundir en esta campaña de intento de acoso y destrucción de mi dignidad y mi honor», concluye la carta del cardenal.

Lo de la «comunión con el Santo Padre» con referencia al hdlgp de Bergoglio es una broma, porque es un impostor puesto por la mafia de San Galo. Esto recuerda lo que le dice la Virgen María en las Apariciones de Akita, Japón, a la hermana Agnes Katzuso Sasagawa: veréis cardenales contra cardenales, los que me veneran será perseguidos por sus comapñeros. Y tras esta gran apostasía, vendrá un castigo de Dios tremendo. De Dios nadie se ríe, cojón del anticristo.

Mi simpatía, todo mi apoyo y mis oraciones para el cardenal Cipriani, perseguido por su amor a Cristo. Sea fuerte en la fe y no se deje doblegar. Dé, como siempre, buen ejemplo a los peruanos.

Y a todo esto, ¿un tan Fernando Ocáriz no tiene nada que decir?