Virginia Montes.
Francia se enfrenta a una crisis política a medida que los desafíos económicos y el creciente malestar público someten al presidente Emmanuel Macron a una intensa presión, sin embargo, él prometió permanecer en el cargo.
El 5 de diciembre, los legisladores franceses de ambos espectros políticos votaron a favor de destituir al primer ministro Michel Barnier de un poderoso cargo, lo que pone de manifiesto la profundización de las divisiones en el seno del Parlamento francés. Es el primer gobierno francés destituido por una moción de censura desde 1962.
Este es solo un capítulo de una serie de reveses para Macron, que ha luchado por aprobar políticas cruciales, después de convocar unas elecciones anticipadas el 9 de junio que dieron lugar a un parlamento indeciso que creó incertidumbre política.
Incertidumbre política poco frecuente
Los medios de comunicación franceses reaccionaron con dureza a la situación.
Libération calificó el momento de «rara incertidumbre política». Le Monde dijo: «Emmanuel Macron es el principal responsable de esta situación política sin precedentes y arriesgada».
Le Figaro publicó en portada: «Destitución histórica, crisis política».
Macron se dirigió a la nación en un discurso televisado a las 20:00 horas del jueves.
El presidente dijo que nombraría a un sucesor de Barnier «en los próximos días».
«La prioridad será el presupuesto», dijo Macron.
Macron se comprometió a permanecer en el Elíseo durante todo su mandato, que se extiende hasta mediados de 2027, y no puede ser destituido por el Parlamento, aunque la oposición, tanto en su flanco izquierdo como en el derecho, ya pidió su dimisión.
«El mandato que me han dado es de cinco años y lo cumpliré hasta el final», dijo el presidente.
Macron está siendo arrastrado en múltiples direcciones, atrapado entre una coalición de izquierda que incluye a su propio partido, La France Insoumise, el Partido Socialista, los Ecologistas y el Partido Comunista Francés, y la derechista Agrupación Nacional.
Polarización
Frank Furedi, director ejecutivo de MCC Bruselas, declaró que la crisis se ve exacerbada por la naturaleza dividida del panorama político francés.
«Lo realmente importante que hay que recordar aquí es que la forma en que se representa la crisis sugiere que hay tres grupos en el Parlamento, todos ellos más o menos de la misma fuerza», dijo Furedi.
«Sin embargo, eso no es del todo exacto, porque durante las elecciones, la izquierda se unió contra la Rassemblement National [Agrupación Nacional] e intentó minimizar su éxito electoral».
En su opinión, la «polarización de Francia» podría intensificarse.
UE
La incertidumbre política en Francia llega también en un momento crítico para la Unión Europea.
El reciente colapso de la coalición gobernante en Alemania exacerbó aún más las luchas de la región.
Con Francia y Alemania, las dos mayores economías de la UE, enfrentadas a importantes crisis políticas y «viviendo en préstamos», las debilidades internas de la UE están quedando al descubierto, afirmó Furedi.
«Se pone al descubierto la debilidad interna de este proyecto, porque en realidad la UE y su proyecto parecen mucho más fuertes de lo que realmente son», dijo a continuación.
En su opinión, las actuales crisis en Francia y Alemania ponen de manifiesto la necesidad de replantearse el equilibrio de poder dentro de la UE.
«Todas las apuestas están echadas, porque las aduanas existentes, la forma en que se ha gestionado la UE y el tipo de suposiciones sobre sus asuntos económicos: todas estas cosas tienen que enfrentarse a la realidad», dijo Furedi.
Profundamente dividido
La incertidumbre en torno al Parlamento francés, profundamente dividido, también dificultan cada vez más al Gobierno la aprobación del presupuesto para 2025.
Se prevé que la deuda del país se dispare por encima de los 3 billones de euros (3.17 billones de dólares) en 2025, con la deuda pública rondando el 110% del PIB.
El presupuesto para 2025 preveía recortes del gasto y alzas de impuestos por valor de 60,000 millones de euros (USD 63,500 millones) para reducir el déficit al 5% el año próximo y cumplir el límite del 3% fijado por la UE para 2029.
Sin embargo, si no se hace nada, la situación política de Francia enviará una mala señal a los mercados financieros, dijo la industria antes del discurso de Macron.
La caída del gobierno de Francia deja al país sin un camino claro hacia la reducción de su déficit fiscal, y el resultado más probable es un menor ajuste del cinturón de lo previsto anteriormente, dijo la agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s (S& P) el 5 de diciembre.
Macron podría adoptar medidas presupuestarias excepcionales, pasando por alto el parlamento para evitar un cierre del gobierno al estilo de Estados Unidos.
Mathieu Savary, estratega jefe de inversiones de BCA Research, dijo a Reuters que creía que «la parálisis seguirá siendo la característica dominante de la política francesa durante los próximos dos años, lo que significa que es poco probable que la deuda se aborde fundamentalmente»
La «amenaza potencial a la calificación crediticia de Francia es algo que mantendrá a raya a los inversores».
Sin embargo, desde que Macron dijo que nombraría a un nuevo primer ministro en los próximos días y que su principal prioridad sería conseguir que el Parlamento aprobara un presupuesto para 2025, las primas de riesgo de la deuda francesa se han estabilizado ligeramente.