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Exclusiva: La economía del fútbol español, al descubierto

Redacción




Javier de la Calle.

En 1996, el libro «Fútbol, negocio redondo» de Miguel Ángel Nieto ganó el certámen literario de la revista Don Balón. Casi tres décadas después, los números que genera el fútbol se han multiplicado por diez. La prensa española ha tomado la postura más cómoda: la de aceptar el dinero en contenidos patrocinados de La Liga para mirar a otro lado.
Javier Tebas se ha subido el sueldo a cinco millones de euros, y la gestión de La Liga roza lo patético en muchos aspectos, aunque cabe alabar su lucha por sanear las arcas de los clubs más modestos. En los noventa con la llegada del dinero de las televisiones privadas, los clubs realizaron fichajes sin control alguno, que derivaron en deudas inasumibles, especialmente con la Seguridad Social. Propietarios como los Gil, Piterman o Lendoiro son la cara de aquellos años.
El fútbol español actual es una burbuja inflada por el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona. Los derechos de televisión suponen el grueso del presupuesto de la mayoría de equipos. Movistar sobrepaga notablemente por un producto devaluado. La telefónica está controlada por el Gobierno a través de la SEPI, por lo que es evidente que el sistema quiere sostener al fútbol.
Los equipos siguen acumulando deuda, y las entidades públicas salen a su rescate. Los Ayuntamientos y Diputaciones costean los gastos de los estadios de titularidad pública, que luego son usados por los clubs. Ya no es posible imprimir patrocinios públicos enmascarados, como los de Zaplana con Terra Mítica al Valencia.
Los futbolistas tampoco disfrutan de exenciones fiscales como en el pasado, pero gracias a sus brillantes asesores encuentran la forma de pagar menos impuestos a través de sociedades o al percibir derechos de imagen.
Tebas ha puesto al fútbol profesional en manos del fondo CVC, el cual ha vendido parte de su negocio a Blackrock. El globalismo en torno al balón no acaba aquí. Quienes sí disfrutan de exenciones fiscales son las jugadoras de fútbol femenino. El balón rueda, pero cada vez menos.