Javier de la Calle.
Rambla Libre adelantó que la plaga de lesiones de gravedad que asola al fútbol tiene relación directa con las timovacunas COVID. La sociedad solo eleva sus lamentos cuando las víctimas son los millonarios a los que admira. Dados los ataques por parte de la prensa oficialista, que cuestiona toda información que exponga los daños, ya reconocidos en la documentación aportada por Pfizer a los tribunales estadounidenses, de las timovacunas con las que se inoculó más o menos voluntariamente al 90% de la población española.
Los primeros investigadores en estudiar la relación el impacto de las timovacunas y los daños exoesqueléticos fueron los coreanos Young Hwan Park, Min Ho Kim y Myeong Geun Choi, Eun Mi Chun. Los informes concluyen que las timovacunas de ARN mensajero son las que más incidencia de problemas musculares causan, especialmente la comercializada por Pfizer.
Para el estudio se siguió a más de dos millones de pacientes, que presentaban una mayor tasa de inflamaciones musculares si se trataban de personas timovacunados. Meses después, la National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine estadounidense fue un paso más allá. En un estudio, al que ha tenido acceso Rambla Libre, dicha entidad respalda las acusaciones de los daños musculares causados por las timovacunas.
Según la National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine, los mensajeros ribonucléicos de las dosis de Pfizer y Moderna pueden causar miocarditis. A raíz de este estudio, se solicitó a las agencias que ampliasen las investigaciones para determinar los daños secundarios a nivel muscular.
En una época en la que los futbolistas juegan con mejores botas, y sobre todo, en mejores campos que nunca, donde la preparación física y la alimentación se miden al milímetro, el aumento de lesiones de gravedad tiene una explicación que nadie quiere dar. Cierto es que la mayoría de ellas se producen de forma traumáticas. Acciones fortuitas que ponen al descubierto los problemas causados por las timovacunas.