Virgina Montes.
El candidato de la formación nacionalista, Hans-Christian Berndt ha celebrado los resultados a pesar de la segunda posición, y ha querido destacar el gran resultado que su partido ha cosechado entre los jóvenes de Brandemburgo: «El futuro es azul», ha asegurado, en referencia al color de Alternativa por Alemania, «SPD y la CDU son los partidos del pasado».
La victoria del SPD es pírrica. Ha girado en torno a su Ministro-Presidente saliente, Dietmar Woidke, que vinculó el destino de la actual coalición al resultado de las elecciones y pidió a Scholz que no hiciera campaña con él, parece haber dado resultado. Consiguió así la concentración del voto anti AfD en torno a su persona, a cambio de desmontar a las otras formaciones de izquierda.
Woidke, que gobierna en Brandeburgo en alianza con la CDU y Los Verdes, tiene con diferencia los índices de popularidad más altos entre los políticos del estado federado. Distanciado de Scholz, no hizo apariciones conjuntas con el canciller -que tiene su circunscripción parlamentaria en Brandeburgo- y llegó a decir que si el SPD no era el partido más fuerte en estas elecciones, renunciaría a su jefatura regional.
Dietmar Woidke se había distanciado de Scholz durante la campaña local e incluso había criticado al gobierno federal. Ahora toca las alianzas que son difíciles. Todo pivota, en principio, alrededor del BSW que se ha presentado como contrario al apoyo a Ucracia, sería pro-ruso, y visceralmente anti-islámico. Scholz ha empezado a variar su política inmigratoria pero tendrá que hacer mucho más y variar la postura belicista de la OTAN si quiere llegar vivo políticamente como candidato a las elecciones generales previstas para el 28 de septiembre.