Enrique de Diego.
El islamo-izquierdismo es un de los movimients intelectuales más absurdos y carentes de sentido, es como unir el agua y el aceite, las víctimas con los verdugos, pero es uno de los, por ahora, más exitosos.
El izquierdismo ha situado a los islamistas como su grupo mascota, como si fueran caniches o teckel cuando en realidad son rotbailer, a los que perdonan todo y ellas delinquen, violan y matan, siguiendo la sura coránica que dice «matadlos a todos allá donde los encontréis», que, por la ley del abrogante y el abrogado, es la única válida para la extraña relación con todos los no musulmanes, incluidos los islamo-izquierdistas, que serían sus tontos útiles, sus vícitmas futuras con extraordinaria crueldad.
A todo el que describe la realidad y propugna la autodefensa le diabolizan con uno de sus anatemas ridículos, con uno de esos palabros que nada significan de los nuevos pecados inventados: islamofobia. El Partido Laborista con el pirmer ministro británico Keir Starmer es un corrupto islamo-izquierdista típico, de libro. También el PSOE de Perico Sánchez está aquejado de este mal, y Esquerra Repulicana que es islamo-izquierdista hasta haber perdido el norte con gente tan mediocre y tan incoherente como Oriol Junqueras, Pere Aragonés y el inefable e ignorante proteico Gabriel Rufián. También es el SPD de Olaf Scholz que lo están ya pagando muy caro. Todos lo van a pagar muy caro.
He escrudiñado y desentrañado las endebles bases intelectuales del islamo-izquierdismo en el Capítulo 3 -el más importante- de mi libro decisivo «El virus woke». Uno de los discípulos del pensador marxista Louis Althusser -aseinó a su mujer y pasó los últimos años en un frenopatico-, Charles Foucauld era un declarado y promiscuo homosexual y, al tiempo, un gran admirador y propagandista del ayatolá Jomeini, que no hubiera dudado un isntante en colgarle de una grúa por su caráter invertido. Foucauld murió de SIDA, fue el primer caso famoso en Francia que contrajo la enfermedad que le llevó a la tumba, sin renunciar a su fervor por la revolución irania. que tan mal trata a las mujeres y a los sodomitas.
Las locas de Chueca son propalestinas y en un reportaje del gran periodista Vito Quiles salía una lesbiana que ignoraba que los islamistas cortaran el cuello a las que son como ella, dijo «no lo creo», porque el islamo-fascismo es una de las variantes de la secta gnóstica que ha abandonado el campo de la racionalidad y de la realidad. No se les puede convencer, sólo se les puede vencer.
La Sorbona es islamo-izquierdista y las facultdes de sociales de las principales universidades norteamericanas. Es un broma macabra y en sí diabólica unir el islam con la izquierda. No tiene otro sentido que el odio común al cristianismo que es la base de Occidente. Y el odio hacia el hombre blanco por cristiano y evangelizador en el nombre de Cristo.