Luis Bru.
Quemala Harris dice el estrillo de que en este país no cabe la violencia en la política tras cada atentado contra Donald Trump. que dicho por Quemala suena a bastante hipócrita, la verdad. Se ha hecho costumbre atentar contra la vida de Trump, después de diabolizarlo y criminalizarlo. De ahí que tanto pringado, enclenque y taimado, haya probado suerte en el deporte de los desquiciados por Blackrock: matar a Trump, milagrosamente sin éxito.
No es tema para hacer bromas macabras, pero los woke tiene la gracia en el culo. Ignatius Farray, amigo de David Broncano, rutilante woke, Dios los crea y ellos se juntan. Farray es uno de los tipos más deficientes del país. Es un humorista sin gracia de la Cadena SER. Es alcohólico y le quitaron la custodia de sus hijos. Un gordo que enseñaba el culo. En resumen, alguien patético, pero que cobra del sistema por hacer bromas sobre católicos, etc.
Paténtico, en suma, y de pésimo gusto la broma macabra sobre los atentados contra Donald Trump, que muestra la histeria de los woke. Aquí abajo publicamos el estudio sociológico, realizado por un demócrata, que le da 312 delegados por 226 a Kemala Harris.y todavía no nos creemos que Quemala pueda ganar en Michigan, ni en Minnesota, feudo de su degenerado candidato a viceoresidente Tim Walz, ni en Colorado, ni en Nuevo México.
Están muy nerviosos los woke de la secta gnóstica, pero hace tiempo que Donald Trump pasó la etapa de la riduclización, que intenta Ignatius Farray, con tanto desenfoque, y la de la criminalización judicial. La de la eliminación física no les va nada bien.