Javier de la Calle.
Hay muchas personas que descubrieron un lucrativo negocio con el coronavirus. Por ello quieren destrozar vidas para forrarse ellos. La última alerta sanitaria por la «cirulea del mico» pone de manifiesto esta maldad.
La prensa entregada a los intereses del poder lanza un mensaje apocalíptico una vez han concluido los Juegos Olímpicos. Un mensaje que no cala porque la gente sigue en el chiringuito de la playa sin ver los telediarios. Las mismas caras que pedían pinchazos continuos, ahora abogan por medidas extremas por cuatro casos. Pero ninguno de estos expertos habla de que esta enfermedad afecta en un 99% a homosexuales. Criticar a los subvencionados de la bandera arcoíris no casa con las farmacéuticas.
Desde estas líneas, un reconocimiento a los purasangre, que se han lanzado desde la primera trinchera a desarmar la farsa. Les rogamos que no bajen la guardia, porque volverán a la carga en los próximos meses.